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 ANÁLISIS DE FAKE PAPERS COMO ESTRATEGIA PARA LA ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA

El análisis de artículos falsos como estrategia para la alfabetización académica en ciencias políticas y relaciones internacionales

Fake paper analysis as a strategy for academic literacy in political sciences and international relations

Sebastián Martín Rinaldi[1]

Resumen

En este trabajo se describe la implementación del análisis de artículos falsos como estrategia para la alfabetización académica de estudiantes de ciencias políticas y relaciones internacionales en la Universidad del CEMA, Argentina. El objetivo que se persigue es exponer el impacto de esta propuesta didáctica en el desarrollo de habilidades de escritura en el contexto de la formación profesional, con la finalidad de potenciar la participación de los alumnos en las comunidades discursivas disciplinares. Se trata de un artículo en el que se instrumenta el método cualitativo, a partir del análisis de las producciones textuales de los participantes en un curso de comunicación escrita durante los primeros semestres de 2022 y 2023. Entre los principales resultados, se advierte que los estudiantes exhibieron una mejora significativa en la detección de errores frecuentes en artículos académicos, especialmente en la estructura y la relación entre sus apartados. Se concluye que resulta relevante la inclusión de este tipo de estrategias didácticas no convencionales ya que su articulación con otras actividades formativas afecta positivamente a las producciones favoreciendo el desarrollo de una escritura crítica y reflexiva.

Palabras clave: artículos falsos, didáctica, alfabetización académica, escritura, enseñanza universitaria

Abstract

In this paper the implementation of the analysis of fake papers as a strategy for the academic literacy of students of political science and international relations at the Universidad del CEMA, Argentina, is described. The objective pursued is to expose the impact of this didactic proposal in the development of writing skills in the context of professional training, to promote the participation of students in disciplinary discursive communities. This is an article in which the qualitative method is implemented, based on the analysis of textual productions of the participants in a written communication course during the first semesters of 2022 and 2023. Among the main results, it is noted that students exhibited a significant improvement in detecting frequent errors in academic articles, particularly in the structure and relationship between their sections. It is concluded that the inclusion of these types of non-conventional didactic strategies is relevant, as their articulation with other training activities positively affects productions, promoting the development of critical and reflective writing.

Keywords: fake papers, didactics, academic literacy, writing, university teaching

Introducción

En la actualidad, la publicación de artículos científicos es el principal mecanismo para acreditar ante la comunidad académica los resultados de una investigación. Sin embargo, durante la última década, la aceleración de su ritmo de producción para alcanzar los estándares establecidos por las entidades que financian ciencia y técnica, la proliferación de revistas que cobran por los servicios de evaluación, el incremento del número de autores por trabajo, la multiplicación de las fábricas de artículos o paper mills (Alperín y Rozenblum, 2017; Candal-Pedreira et al., 2022; Fardella-Cisternas et al., 2020; Guzmán, 2022; Sivertsen, 2014; Williams y Giles, 2015), y más recientemente, la generalización del uso de inteligencias artificiales generativas (Matusov et al., 2023; Thunström, Transformer y Steingrimsson, 2022) sentaron las bases para el debate sobre su calidad.

Si bien existe un consenso generalizado acerca de que la evaluación a través del doble par ciego resulta valiosa para generar mayores niveles de transparencia y confianza, existen sobrados ejemplos de vulnerabilidades en el sistema a raíz del compás frenético con el que se desarrolla la actividad.

Tal es el caso del profesor de Física de la Universidad de Nueva York, Adam Sokal (1996), quien presentó un artículo ante la revista Social Text, titulado Transgressing the Boundaries: Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity, un documento repleto de citas de autoridad sin ningún rigor científico, cuestión soslayada por los revisores. También puede mencionarse el ejercicio desarrollado por James Lindsay, Peter Boghossian y Helen Pluckrose (2021), quienes como parte de un proyecto popularmente conocido como Grievance Studies, redactaron durante dos años varios artículos espurios para su posterior envío a revistas especializadas en estudios culturales, étnicos y de género. De la veintena de trabajos realizados por estos últimos, siete llegaron a ser publicados o aceptados para su publicación al momento en que se reveló la maniobra. Incluso, varias revistas ya han comenzado a publicar artículos que analizan las posibilidades con las que cuentan los evaluadores para detectar textos producidos por inteligencia artificial (Gao et al., 2023; Perkins et al., 2024), cuyo uso aún genera varias polémicas en la academia.

Claro está que este tipo de acciones enfrentan cuestionamientos éticos, ya que a pesar de desnudar las falencias que puede presentar un sistema de evaluación científica, terminan desafiando las normas de publicación de cada revista y de las propias instituciones que financian los proyectos, al punto de exponerse los autores a diversos conflictos legales –de hecho, Boghossian perdió su cargo como profesor ordinario de la Universidad Estatal de Portland–.

Ahora bien, si se piensa en el marco de procesos de formación académica, el análisis de estos artículos falsos, entendidos como artículos redactados para engañar deliberadamente a los lectores (Else y Van Noorden, 2021; Williams y Giles, 2015), podría concebirse como una actividad fundamental para promover la enseñanza.

Un estudio pionero en esta línea fue el desarrollado por Erickson y Ayars (2005), quienes redactaron un conjunto de trabajos espurios en el marco de un curso universitario introductorio de física, para luego invitar a los estudiantes a corroborar empíricamente si las hipótesis y los resultados eran ciertos. Aunque cada uno de los documentos hacía una plausible afirmación científica, proponiendo un modelo o relación en apariencia lógica, no podían soportar las pruebas experimentales, conclusión a la que debían arribar los participantes.

Teniendo en cuenta aquella propuesta, es razonable considerar que una lectura crítica y detallada de artículos falsos también puede tener incidencia en el acto mismo de la escritura científica, ya que contribuiría a que los estudiantes adquieran competencias para identificar prácticas erróneas y deshonestas, aunque a veces involuntarias, en la producción de textos: el plagio en sus diferentes formas; la falsificación de datos; las publicaciones que se caracterizan por la similitud de hipótesis, metodología o resultados, en la jerga conocidas como salami publication o publicación segmentada (Ding et al., 2020; Šupak, 2013); la reiteración de ideas propias ya publicadas en otros medios, entre otras. 

Ante lo dicho, en el presente trabajo se describe la implementación del análisis de artículos falsos como estrategia para la alfabetización académica de estudiantes de ciencias políticas y relaciones internacionales en la Universidad del CEMA, Argentina. El objetivo que se persigue es exponer el impacto de esta propuesta didáctica en el desarrollo de habilidades de escritura en el contexto de la formación profesional, con la finalidad de potenciar la participación de los alumnos en las comunidades discursivas disciplinares.

Desarrollo

Perspectiva teórica

Los estudios sobre la enseñanza de las ciencias políticas y las relaciones internacionales emergieron a partir de la década de 1990, cuando la American Political Science Association publicó un informe detallado sobre la situación de la formación académica en los colleges estadounidenses (Wahlke, 1991), y se expandieron durante los siguientes años (Feeley y Van Vechten, 2021; Ishiyama, 2005; 2022; Ishiyama et al., 2006; McClellan, 2015; 2021; Parker, 2010; Smith y McConaughey, 2021; Turner, 2014). En este período, uno de los temas que ganó mayor terreno entre la producción científica fue la alfabetización académica, en concordancia con el interés que este proceso despertaba en todos los sistemas universitarios del mundo.

A pesar de que resulta esperable que los estudiantes que ingresan a una licenciatura acrediten habilidades generales de lecto comprensión y producción de textos, estos no se encuentran familiarizados con las prácticas discursivas específicas de las comunidades profesionales. Por esta razón, las carreras universitarias, además de presentarse como un recorrido para la asimilación y la construcción del conocimiento disciplinar, son al mismo tiempo un trayecto útil para desarrollar la escritura académica (Çavdar y Doe, 2012; Craig, 2014; Lecea y Pérez Stable 2019; Thornton, 2015).

En este sentido, al decir de Carlino (2008; 2003), resulta vital que las instituciones dediquen esfuerzos a incorporar instancias curriculares que favorezcan la apropiación de las pautas de producción escrita consistentes con esta etapa formativa. Ahora bien, la práctica docente y la gestión académica indican que, a lo largo de cuatro o cinco años, duración aproximada de las carreras de grado en Argentina, no es posible apropiarse de todos los formatos textuales del género académico-científico, y menos aún de los disciplinares específicos. Esto explica por qué en la planificación curricular se deben incluir experiencias de escritura que sean lo más representativas posibles para impactar en la práctica profesional.

Por definición, la escritura es una destreza que otorga poder de enunciación. En la medida que la producción textual se adecúa a las pautas arraigadas al interior de las comunidades discursivas de pertenencia, se potencian las posibilidades de hacerse valer en el ejercicio de la profesión. Por lo tanto, consolidar una voz propia en el core disciplinar es el resultado de un proceso de profesionalización que tiene a la escritura como un componente primordial (Born y Brock, 2022; Carlino, 2005).

El dominio de las prácticas de escritura al interior de las ciencias políticas y las relaciones internacionales implica el manejo de convenciones disciplinares que permiten diferenciar el discurso disciplinar del no disciplinar. Y a pesar de que la interdisciplinariedad atraviesa cada vez más la formación universitaria, las carreras del nivel de grado en el contexto nacional conservan aún una especificidad que requiere ser aprendida y profundizada.

Para impulsar el dominio de las prácticas discursivas se deben prever diversas estrategias didácticas por medio de las cuales los estudiantes se habitúan a las producciones académico-científicas fundamentales, iniciándose por su lectura para luego pasar a instancias de escritura. Este orden no es fortuito: cada lector activa estrategias de planificación, valoración, comprensión, regulación y afianzamiento de interpretaciones, toma decisiones sobre el significado, en atención a los objetivos que lo inducen a leer, a las características del género y a las singularidades del texto. Son la lectura y la apropiación de las estructuras textuales propias de una disciplina las que habilitan al estudiante a su producción. Por eso lectura y escritura son dos fenómenos sumamente imbricados (Quesada Mejía y Hernández Zamora, 2020).

Dentro de la variedad de textos que caracterizan a la producción bibliográfica de estas disciplinas el artículo científico o paper emerge como el más representativo. En parte, y tal como fue dicho en la introducción de este trabajo, porque resulta ser un modo de comunicar los avances en investigación absolutamente consagrado en la ciencia política y las relaciones internacionales. Pero a su vez, porque este tipo de artículos implica la puesta en práctica de una gran variedad de habilidades que pueden y deben ser enseñadas como parte del proceso formativo porque permiten una familiarización del estudiante con los modos específicos de comunicar de su disciplina y al mismo tiempo contribuyen a la construcción de una estructura lógica para presentar resultados y conclusiones en trabajos que escapan incluso al ámbito universitario (Baglione, 2018).

Ahora bien, para favorecer procesos de apropiación de las prácticas de escritura de cada comunidad discursiva resulta igualmente relevante que el estudiante se enfrente a textos ideales como también a producciones en las que se pueden advertir fallos de diferente tenor. Siguiendo esta idea, autores como Baglione (2008) y Murphy (2017) han diseñado propuestas de enseñanza en las que los estudiantes deben analizar textos que contienen aspectos a mejorar en múltiples dimensiones, como la lectura cruzada de entre pares -carousels review- de tesis o trabajos, que entrena a los estudiantes en la escritura y el análisis de las producciones de sus colegas. La propuesta del abordaje de artículos falsos en la que se asienta este artículo pretende realizar aportes en la misma dirección.

Aspectos metodológicos

El trabajo se basó en un estudio cualitativo, orientado a la descripción densa de la producción escrita de 24 estudiantes de ciencias políticas y relaciones internacionales del curso Comunicación Escrita, correspondiente primer semestre del segundo año de las licenciaturas. Los alumnos asistieron a la materia durante 2022 y 2023.

Como parte de la planificación de la propuesta formativa, se construyó un banco de casos que consta de una docena de artículos científicos, clasificados en tres categorías: 1) artículos publicados en medios sin referato con errores muy evidentes e intencionales con fines didácticos, 2) artículos escritos por la cátedra con igual finalidad -originales o modificaciones de otros artículos ya existentes- y 3) artículos publicados en medios con referato con errores o intentos de fraude. En este último caso, se trata de textos que han sido detectados por terceros, quienes han llevado a cabo las acciones correspondientes antes las autoridades editoriales, universitarias y/o legales para informar lo observado –al respecto, puede consultarse todo el trabajo desarrollado por organizaciones como Plagios S.O.S., disponible en https://plagios.org/casos/–.

Durante el desarrollo del curso los estudiantes realizaron un total de 18 producciones escritas, varias de ellas previas al primer examen parcial, instancia en la cual se enfrentaron al primer artículo falso. A lo largo de la segunda parte de la materia se les presentaron dos propuestas más con documentos de este tipo. A diferencia de los otros trabajos que debieron realizar centrados en la producción escrita para el desarrollo de estrategias explicativas y argumentativas, aquellos que requerían el análisis de artículos falsos estaban orientados a la lectura y análisis para la detección de errores de diversa naturaleza que hicieran de los textos un material no publicable o susceptible de ser corregido. La premisa era que, así como debe predicarse con el ejemplo y leer textos bien escritos, en la escritura académica es igualmente importante formarse sobre los traspiés más comunes que pueden cometerse y que esos aprendizajes se trasladen a la propia redacción.

De esta manera, se hizo particular seguimiento a todas las producciones de los alumnos para determinar si se presentaban mejoras significativas en aquellos aspectos que los estudiantes identificaban como cuestiones a subsanar en los artículos revisados, en particular, se hizo foco sobre los trabajos finales cuyo formato se asemeja al de un artículo científico, actividad a la que se enfrentan por primera vez en la carrera.

Adicionalmente y a los efectos de contextualizar la información recabada, se repasaron en detalle las respuestas a la autoevaluación individual –un formulario disponible en el campus virtual de la Universidad– en la que cada estudiante destaca aprendizajes y oportunidades de mejora en términos de escritura académica.

Para el análisis de los trabajos producidos por los estudiantes se tomó como referencia la propuesta diseñada e instrumentada por Bono y De La Barrera (1998) según la cual se contemplan cuatro dimensiones del texto:

        Presentación formal

        Organización de la información

        Contenido 

        Uso de la lengua escrita.

Análisis y discusión

Uno de los aspectos más sobresalientes en el análisis de los estudiantes sobre los textos que se les presentaron, fue que en su totalidad detectaron las principales falencias de la estructura formal. Estos artículos falsos adolecían de errores básicos como títulos demasiados extensos y poco rigurosos, resúmenes que no daban cuenta del contenido central, palabras clave que no se desprendían del abstract y autores sobre los que no se podía corroborar su vinculación institucional, por ejemplo.

Asimismo, un número significativo de cursantes –21/24– advirtió que los casos respetaban mayormente los apartados que habitualmente conforman un paper: introducción, marco teórico, metodología, resultados y conclusiones, entre otros. Esto puso de manifiesto que la estructura no siempre indica por sí sola si un artículo reúne las condiciones suficientes para ser o no publicable. Conforme a este hallazgo, el conjunto de los trabajos finales presentados cumplía con la estructura esperada.

Un hecho llamativo y que da cuenta de la importancia que en el curso se le otorgó al apartado de referencias, fue que en varias ocasiones los estudiantes se tomaron el tiempo para corroborar la existencia de la bibliografía citada. En algunas ocasiones –4/24–, sus producciones hasta destacaron la imposibilidad de encontrar citas textuales de los artículos examinados, una iniciativa fundamental desde el rol de revisor.

Vale aclarar que la asignatura en cuestión no es un simple taller de redacción, sino que está pensada para facilitar el proceso de alfabetización académica de los estudiantes, con foco en potenciar sus posibilidades de participar efectivamente en las comunidades profesionales de referencia. Por eso a lo largo del cursado se insiste mucho en la relevancia de conocer las normas de publicación de cada revista ya que, a pesar de compartir algunos aspectos elementales, cada una tiene sus singularidades que requieren ser conocidas.

En este sentido, uno de los aspectos más complejos de divisar estuvo asociado al no cumplimiento de las normas establecidas por cada entidad de publicación. Por ejemplo, en uno de los casos abordados en el que la revista original indicaba que se debían utilizar las normas APA 7° edición, pasó casi inadvertido –apenas 1/24 estudiantes– el hecho de que diferían y mucho los modos de referenciar algunas obras. En efecto, se registraban hasta cuatros formas distintas dentro del mismo artículo, de las cuales solo una se correspondía con la correcta según el manual de estilo mencionado.

Ahora bien, las referencias bibliográficas no solo resultaron complejas en cuanto a la detección de errores, sino que a la vez se erigió como un obstáculo para la presentación de las producciones propias. Del total de estudiantes que pasaron por la materia durante los dos años, solo dos cumplieron adecuadamente con la elaboración de las referencias bibliográficas de todos los textos producidos. En ambos casos manifestaron utilizar la opción “citas y bibliografía” que contiene el procesador de textos Word. A raíz de ello, se dio lugar a una generalización del uso de esta herramienta en el grupo de 2023 que mejoró en parte el citado y las referencias realizadas, cuestión que se pudo corroborar especialmente en los trabajos finales donde en más del 70% de los casos no hubo que realizar correcciones significativas.  

En cuanto a la organización de la información, el desafío más notorio que emergió estuvo asociado a la relación entre la metodología y los objetivos del trabajo. Intencionalmente, varios de los artículos falsos presentados carecían de un vínculo directo entre qué se deseaba estudiar y el instrumento desarrollado para tal fin. En total 8/24 alumnos identificaron cierto divorcio entre esas partes de los trabajos, aunque solo tres de ellos pudieron precisar cuál era el problema concreto.

No obstante, un tema destacado en la encuesta final de autoevaluación del curso y en el resultado de los trabajos definitivos es que estos ejercicios permitieron reconocer la relevancia de la relación entre todos los apartados para lograr solidez en la argumentación y en la presentación de la evidencia que la sustenta. Más aún, en el cierre de la materia ambas cohortes manifestaron como un valor agregado el analizar artículos con errores puntuales como al que se alude, porque eso expuso la centralidad de la fluidez entre las partes del texto.

En este punto cabe mencionar que se observó que, si bien en trabajos menos extensos –de 500 a 1000 palabras– las estrategias argumentativas y explicativas se instrumentaban adecuadamente, al pasar a producir textos un poco más largos se tornaba más difícil para los estudiantes sostener la idea central. Al respecto, Baglione (2018) señala que estos problemas acontecen, generalmente, porque la tesis del texto no resulta del todo clara y termina teniendo un efecto dominó en el resto de los apartados. Por eso quien se embarca en la tarea de redactar debe tener un plan de escritura que organice el proceso y facilite su desarrollo (Mateo, 2013), plan que en la materia los estudiantes deben acoplar a la presentación de varias de las actividades planteadas, en particular, de su trabajo final. 

Prosiguiendo con el análisis, al revisar los aspectos referidos al contenido en sí, persiste a lo largo de la asignatura una dificultad para la reelaboración de conceptos y supuestos en algunos de los estudiantes, por lo que se prolonga un apego a la cita textual de los autores más que al parafraseo. Si bien, en términos generales, se apreció al final de la materia una mejora en estos términos en ambos grupos, no se pudo corroborar que la estrategia de análisis de artículos falsos realizara aportes particulares a esta cuestión en sí.  

Un tema adicional estuvo vinculado al estilo de los artículos que incide directamente en el modo de ordenar y presentar el contenido. Algunos de ellos estaban más orientados a la divulgación y otros a un público experto. Esto resultó objeto de análisis en varias de las producciones de los cursantes. Reflexiones tales como “¿me pregunto para quién está escrito?” ­–Artículo Falso N°1, Estudiante N°4­– o “no imagino el tipo de persona que podría interesarse por estos temas” –Artículo Falso N°1, Estudiante N°11– surgieron en algunas oportunidades en cada uno de los grupos en los trabajos prácticos presentados. Al respecto, Carlino (2004) sostiene que uno de los primeros problemas que puede enfrentar en la escritura es no tener en cuenta al tipo de lector, por eso el autor debe abandonar la prosa centrada en él, para crear un contexto y lenguajes compartidos que faciliten la comprensión y asimilación de los conocimientos.

A la vez, un aporte fundamental que emergió vinculado directamente con los casos del banco es la necesidad de asumir una posición frente al objeto de estudio. Los artículo falsos de tipo más académico demostraban intencionalmente cierta neutralidad que fue rápidamente detectada por los alumnos. Frases como “me cuesta reconocer la postura del autor” –Artículo Falso N°2, Estudiante N°16– dieron cuenta de esto. Sumado a ello, al revisar los trabajos finales de la materia, en un único caso de la segunda cohorte se marcó este aspecto para ser corregido, especialmente por tratarse de un marco teórico endeble en el que autores de diversas corrientes convivían sin explicitarse su vinculación.

En los trabajos finales también se observaron diferencias respecto al tipo de tema elegido. En aquellos en que los alumnos apostaron por desarrollar problemas propios del núcleo disciplinar –estado, gobierno, sistemas políticos, entre otros–, las relaciones entre conceptos del marco teórico estuvieron mejor construidas que en los que se abordaron cuestiones emergentes o de moda. Esto es algo esperable ya que quien se inicia en la escritura académica apenas se ha apropiado de las teorías centrales de su disciplina como para trabajar sobre aquellas menos conocidas o con mayor nivel de especificidad (Roselle et al., 2019).

Por otra parte, uno de los hallazgos más significativos está vinculado al impacto del análisis de artículos falsos sobre la lectura de artículos académicos reales. La estrategia promovió un sentimiento de desconfianza ante los diversos ejercicios presentados, al punto de que varios estudiantes desarrollaron prácticas sistemáticas de análisis de los textos “como si todos tuvieran errores por detectar” –Encuesta de cierre, Estudiante N°11–. Este principio de duda se transfirió directamente al tipo de preguntas y la profundidad de las reflexiones que implicaron mejoras significativas en la calidad de los trabajos de la segunda parte de la materia, en coincidencia con la implementación de la propuesta sobre la que se centra este estudio. De igual modo, en la instancia de defensa del trabajo final todos los estudiantes tuvieron la posibilidad de realizar preguntas a sus compañeros sobre la elaboración y resultado de sus producciones, advirtiéndose altos niveles de pertinencia y compromiso con la sola intención de aportar a la construcción textual de los otros (Murphy, 2017). 

Siguiendo con esta idea, también se identificó una evolución en cuanto a la comprensión y diferenciación de diferentes operaciones cognitivas, como describir, definir o enumerar, entre otras, lo cual les permitió reconocer en mayor detalle las inconsistencias de los trabajos, al mismo tiempo que se redujeron los errores propios, como en el caso del planteo de los objetivos de sus trabajos finales. Es menester esclarecer, que hasta esta etapa de la carrera los estudiantes no habían atravesado instancias de formación metodológica, por lo cual el desafío en estos términos era mayor.

Por último, respecto del uso de la lengua escrita, en la gran mayoría de los casos –22/24– se observó que aspectos tales como la sintaxis, la semántica, la gramática y la ortografía eran apropiados y apenas se efectuaron correcciones menores a lo largo de toda la materia, las cuales además, se redujeron significativamente en el trabajo final debido al intercambio constante entre docente y alumnos y la posibilidad de realizar correcciones a este semana tras semana, posibilidad con la que no contaban en los restantes trabajos de la asignatura. En los dos casos que persistieron dificultades se advirtió que la retroalimentación continua no rindió sus frutos por lo que, a pesar de alcanzar los estándares necesarios para la aprobación de la materia, se recomendó continuar trabajando sobre este aspecto en los espacios curriculares subsiguientes.

Conclusiones

Durante el presente trabajo se aportaron elementos para considerar al análisis de artículos falsos como una propuesta didáctica que promueve la mejora de las prácticas de escritura. Los resultados reflejan lo significativo de esta estrategia, en el marco de un curso que contempla distintos tipos de actividades que estimulan la lectura y la redacción disciplinar, impulsando el proceso de alfabetización académica en ciencias políticas y relaciones internacionales.

El estudio permitió advertir que los estudiantes se encontraban en condiciones de detectar errores básicos en la estructura de los artículos, como así también de concluir que el mero cumplimiento de los apartados formales no determina la calidad de una producción.

Adicionalmente, este tipo de estrategia favoreció el desarrollo de una desconfianza permanente hacia los distintos textos presentados por la cátedra, aspecto que pudo contemplarse en la actitud crítica y reflexiva de los alumnos, que se tradujo en un incremento de la calidad de sus propios trabajos.

Por último, se identificó un correcto uso de la lengua escrita que no puede atribuirse directamente a la estrategia instrumentada, aunque su monitoreo permanente, en especial en la instancia de trabajo final, redujo pronunciadamente las dificultades con la sintaxis, la semántica, la gramática y la ortografía.

Referencias

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[1] Magíster en Currículum (UNLZ-Argentina), Especialista en Didáctica y Currículum (UNLZ-Argentina), Licenciado en Ciencia Política (UNLaM-Argentina), Profesor de Nivel Superior en Ciencia Política (Instituto Superior Granaderos-Argentina). Director de Calidad Educativa y Profesor Adjunto e Investigador del Departamento de Ciencias Políticas y Jurídicas de la Universidad del CEMA, Argentina. E-mail: smrinaldi@ucema.edu.ar ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9472-1508