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DESAFÍOS DE LA FORMACIÓN CIUDADANA EN EL NIVEL EDUCATIVO PREUNIVERSITARIO

La formación ciudadana en el nivel educativo Preuniversitario. Un desafío actual

Citizenship training at the pre-university educational level. A current challenge

Clara Ivia Anaya La O[1]

Luis Manuel Jorge Puig[2]

José Ramón La O Zambrano[3]

Resumen

En la actualidad, la formación ciudadana emerge como imperativo social, ante ello, el presente artículo muestra una nueva concepción sobre la formación ciudadana en los estudiantes del nivel educativo Preuniversitario. Los resultados que se presentan forman parte de una investigación doctoral sobre el tema. Se ofrecen evidencias de un estudio diagnóstico realizado a docentes y estudiantes pertenecientes al Instituto Preuniversitario Urbano: Roberto Ramírez Delgado del municipio de Niquero, evidenciándose insuficiencias en el tratamiento de la formación ciudadana desde el proceso pedagógico desarrollado.

Palabras clave: formación ciudadana, estudiante, proceso pedagógico

Abstract

At present, citizenship training emerges as a social imperative, given this, this article shows a new conception of citizenship training in students of the Pre-university educational level. The results presented are part of a doctoral research on the subject. Evidence is offered of a diagnostic study carried out on teachers and students belonging to the Urban Pre-University Institute: Roberto Ramírez Delgado of the municipality of Niquero, evidencing insufficiencies in the treatment of citizen training from the pedagogical process developed.

Keywords: citizenship training, student, pedagogical process

Introducción

Los temas referentes a la formación del ciudadano han sido y son objeto de las más diversas interpretaciones a lo largo de la historia. Ser ciudadano en los comienzos, se relacionaba más con una condición que con un proceso de formación que llevara a ser más integral al hombre. Actualmente, es preciso tener en cuenta las condiciones históricas y sociales concretas que brinda la sociedad para el progreso de los individuos, que, ante las diferentes situaciones de la contemporaneidad y las demandas de los docentes, se ha hecho necesario retomar a los temas sobre la formación ciudadana. 

La formación ciudadana inicia en el hogar a través de la familia y la comunidad; siendo perfeccionada en la escuela a través de diferentes acciones tanto instructivas como educativas que se brindan, pues es la institución social encargada de la formación integral de la personalidad de los estudiantes. En este sentido, la formación ciudadana en el nivel educativo Preuniversitario se centra en la formación de los estudiantes de acuerdo con las demandas de la sociedad cubana actual, a decir de (Cuza, 2015), su fin es:

Lograr la formación integral del joven en su forma de sentir, pensar y actuar responsablemente en los contextos escuela-familia-comunidad, a partir de la apropiación de una cultura general, sustentada en el principio martiano estudio-trabajo, que garantice la participación protagónica e incondicional en la construcción y defensa del proyecto socialista cubano y en la elección consciente de la continuidad de estudios superiores en carreras priorizadas territorialmente. (p. 3)

Lo anterior evidencia la necesidad de buscar vías, formas y métodos educativos que permitan que los estudiantes posean cualidades positivas. La formación ciudadana en este nivel educativo, debe de tener como fin, que el estudiante lleve a la práctica un desempeño acorde con las demandas de la sociedad cubana actual, donde prevalezcan los buenos modales, las correctas formas de comportamiento en lugares públicos, la defensa de la identidad nacional, de sus costumbres y el conocimiento de las leyes y normas constitucionales.

En los estudios realizados por la autora y en el análisis de la literatura especializada, se evidenció que varios autores esbozan sus aportes a partir de la nueva concepción del nivel educativo Preuniversitario, de acuerdo al momento histórico actual. En este sentido, los investigadores Machado (2014), López (2017), Basto y Rizo (2018) y Céspedes et al. (2021), basan sus resultados en la organización del proceso pedagógico en el nivel educativo Preuniversitario de acuerdo al currículo. Las transformaciones efectuadas abordan la formación en valores a través de la clase y tienen en cuenta la formación integral del estudiante.

A pesar de lo valiosos de estas contribuciones para la orientación del referido proceso y de acuerdo a las necesidades de la investigación, aún es limitado el tratamiento de la formación ciudadana en los estudiantes del nivel educativo Preuniversitario, lo que trae como resultado comportamientos inadecuados en diferentes contextos sociales.

Ello tiene su expresión en el incumplimiento de las medidas determinadas por el centro educativo para el buen desempeño del mismo. No en todas las ocasiones cumplen las normas de educación formal, evidenciadas en la falta de cortesía hacia profesores y estudiantes e incorrecto modo de vestir. Escasa colaboración en tareas que conlleven a la transformación del contexto social. Poco reconocimiento de la importancia de la formación ciudadana para su desarrollo y limitada implicación en las actividades sociales vinculadas con el progreso nacional.

Lo anterior da lugar a que exista como problemática: insuficiencias del trabajo educativo en las actividades docentes, extradocentes y extraescolares en el nivel educativo Preuniversitario, lo que limita el adecuado desempeño ciudadano de los estudiantes en los diferentes contextos de actuación. Por ende, resulta todo un desafío lograr la formación ciudadana de los estudiantes en este nivel educativo. De ahí la necesidad de buscar vías, formas y métodos que se correspondan con los requerimientos actuales y futuros.

En el presente artículo se brinda una conceptualización de formación ciudadana y se aportan los contenidos que se consideran necesarios para formarse en tal sentido. Se exponen resultados de un estudio realizado en el IPU: Roberto Ramírez Delgado del municipio de Niquero en la provincia Granma. En el desarrollo de la investigación se emplearon diferentes métodos tanto teóricos como empíricos.

Desarrollo

Educar para la ciudadanía se considera uno de los objetivos más complejos del nivel educativo Preuniversitario, pues, a pesar de los libros, programas creados con este fin y la capacitación que se les brinda a los profesores; todavía persisten situaciones a considerar para el logro de tal objetivo.

Son diversos los autores que brindan un tratamiento particularizado a la educación ciudadana desde las posibilidades que brinda al proceso pedagógico en general, estos son: Bejas et al. (2017), Arroyo et al. (2020) y Vargas (2012). De forma general, estos investigadores enfatizan en la necesidad de la formación ciudadana como un imperativo social y aportan diferentes resultados relacionados con experiencias pedagógicas vinculadas con actividades extraescolares. Además, reconocen la importancia de la educación ciudadana con las necesidades generales de aprendizaje, critican la visión generalizada en la educación cubana actual de que solo le corresponde las ciencias sociales y humanísticas la misión de desarrollar la educación ciudadana, aunque reconocen el potencial real que estas disciplinas poseen para desarrollarla.

De acuerdo con estas ideas, se asume la definición de Silva, como se citó en Calvas et al. (2019):

… la educación ciudadana forma parte del proceso de socialización que se desarrolla en la sociedad, con la finalidad de conformar personalidades capaces de convivir y participar en el desarrollo social, desde una perspectiva consciente y autorregulada, ética, política y jurídica. De ahí que requiera de los agentes educativos y en especial del maestro, un desarrollo profesional en correspondencia con las características del proceso social que vive y construye. (p, 15)

En tal sentido, la autora considera la educación ciudadana como un proceso que desarrolla en los individuos la capacidad de percibir los problemas sociales como propios, buscándole su posible solución a través de métodos pacíficos, por lo cual forma parte de la socialización y cuyo fin es la educación de valores. Con este fin, se plantea la necesidad de formar ciudadanos afines con el contexto social, político, económico y cultural presente en el país; ello no puede ser solo tarea de la educación ciudadana, sino que se complementa con la formación ciudadana. Cabe destacar, que se entiende a la formación como un momento, parte integral de la educación ciudadana, la cual es una categoría (proceso) más abarcadora.

En Cuba, no existe un divorcio entre ambos procesos, pues se interrelacionan dialécticamente entre sí y se presuponen. Por tanto, es posible desde el ámbito cubano educar para la ciudadanía entendiendo en ella a la formación del individuo como ciudadano integral. En relación con lo anterior la categoría formación, según García et al. (2002):

se interpreta como base del desarrollo y también como consecuencia de este; algunos la refieren a la esfera afectiva solamente, pero en otros casos le dan un mayor alcance, unida a la esfera cognitiva. En el momento actual, la categoría formación ha adquirido una mayor fuerza entendida como la orientación del desarrollo hacia el logro de los objetivos de la educación. (p. 210)

Por su parte, Gadamer (2017), al reflexionar sobre la categoría formación, la conceptualiza como un proceso que influye en la sensibilidad y el carácter, y que es más elevada y más interior que la forma de adquirir el conocimiento y el sentido de la vida. Se añade, además, que la formación es un proceso que se lleva a cabo en un contexto social históricamente determinado en la que resulta esencial la relación hombre-sociedad, pues se reconoce su carácter activo, consciente y motivacional y ubica al estudiante en el centro del proceso educativo.

Como se puede percibir, la formación del ciudadano se considera un anhelo social e integra la idea de la dimensión humana y su vínculo con la sociedad donde vive, pues muestra sus intereses tanto individuales como los pertenecientes a su grupo o comunidad cívica. En la actualidad existen autores que asumen dos posiciones diferentes en relación con el concepto de formación ciudadana.

Otros enfoques lo reducen a las relaciones de contenido político y jurídico, comprendiéndola como un vínculo persona-estado. Entre ellos se pueden mencionar a Kuklinski et al. (2001), Druckman (2002), Magendza (2004, como se citó en Henao et al., 2008), Quiroz (2009) y Mazzina (2012). Pero una concepción más amplia la aportan en el plano internacional: Meléndez (2011), Blancafort (2012) y García (2016). En el ámbito nacional se encuentran: Silva (2003), Vargas (2012), González (2016) y Ferro et al. (2017). Estos autores, aunque desde enfoques diferentes, incluyen otros vínculos de los individuos desde los espacios de convivencia social. Ellos coinciden en que es un proceso sistémico, consciente y autorregulado que se revela como una prioridad social y educacional en el cual la escuela desempeña una importante labor desde el proceso pedagógico.

Las potencialidades del proceso de formación ciudadana, reconoce la amplitud del tema y logra armonizar en un todo que este constituye un proceso de formación para la paz, en el cual es importante articular la formación de valores, con énfasis en la concientización ciudadana y sus dimensiones. Todo ello lo concreta en propuestas prácticas en la relación institución-comunidad (Venet, 2019). Siguiendo esta línea de ideas, Silva (2003) plantea que “la formación ciudadana forma parte del proceso de socialización que se desarrolla en la sociedad, con la finalidad de conformar personalidades capaces de convivir y participar en el desarrollo social, desde una perspectiva consciente y autorregulada ética, política y jurídicamente” (p. 12).

Lo anterior representa una concepción acertada para la presente investigación al resaltar la formación ciudadana como componente distintivo dentro de la formación del estudiante desde la relación escuela-comunidad, en donde se siente participante activo y condiciona sus relaciones interpersonales para la vida en sociedad.

Para Vargas (2012), la formación ciudadana es la educación moral cívica o en valores cívicos que se concreta en competencias específicas y es promovida por la comunidad. Desde ese proyecto se promueven valores haciendo que los sujetos se desarrollen hasta alcanzar la suficiente autonomía, como para cuestionar, incluso dicho proyecto. El autor establece un vínculo entre los valores y la formación ciudadana; plantea que los valores universales están presentes en un verdadero ciudadano y que es la comunidad la encargada de estimularlos. No deja a un lado el papel que le corresponde a los centros educativos, pues plantea que no se debe de separar lo instructivo de lo formativo y valora las insuficiencias que se dan entre el contenido moral y el modelo didáctico.

El análisis de cada una de estas posiciones y los estudios realizados, lleva a percibir que aún persisten limitaciones en cuanto a su conceptualización, por lo que se demanda de una nueva definición. De acuerdo a ello, el concepto que la autora asume, aunque está más orientado a la perspectiva de formación como proceso, tiene en cuenta la formación integral de los estudiantes del nivel Preuniversitario.

La formación ciudadana representa un proceso sistemático, intencional y continuo de socialización, que tiene el propósito de promover en la persona su condición de ciudadano, desarrollando en él la posibilidad de ser actor, de producir su existencia, mediante la participación plena y a partir de su interpretación de la realidad que experimenta, sin desconocer la memoria histórica, percibiendo la posibilidad de intercambio en el espacio intersubjetivo, con actitud crítica, reflexiva y creativa para realizar transformaciones en torno al bienestar humano (González, 2016).

En la investigación se asume la presente definición de formación ciudadana porque tiene como referente la teoría del enfoque histórico cultural, que concibe la determinación social del estudiante según el marco regulatorio existente en la sociedad, el cual va desde la Constitución como marco principal hasta el reglamento escolar como marco específico. Además, toma en consideración la relativa independencia que alcanza el estudiante, lo que posibilita su transformación y la de su entorno.

Además de ello, la autora considera que la formación ciudadana es un proceso social, sistemático y generalizador, mediado por el vínculo entre la escuela, la familia y la comunidad. Orientado a lograr comportamientos y prácticas de socialización de carácter formativo acordes con las exigencias sociales y teniendo en cuenta el momento histórico concreto.

Teniendo en cuenta lo anterior, se realizó un estudio diagnóstico al proceso pedagógico en el IPU: Roberto Ramírez Delgado del municipio de Niquero en la provincia de Granma, con énfasis en la formación ciudadana. Para ello, se utilizaron diferentes métodos e instrumentos de constatación entre las que se encuentran: revisión de documentos normativos, entrevistas a miembros de la estructura de dirección, así como a profesores, encuesta a estudiantes y la observación a clases; teniendo en cuenta los indicadores siguientes:

  1. Características del proceso pedagógico
  2. Vías y métodos empleados en el proceso pedagógico
  3. Preparación de los docentes para desarrollar el proceso pedagógico

Para la realización del diagnóstico se tomó como población 144 estudiantes del nivel educativo Preuniversitario, la muestra fue seleccionada a través de un muestreo no probabilístico, teniendo en cuenta como criterio de inclusión: dar su consentimiento para participar en la investigación, quedando conformada por 30 estudiantes. En el caso de los profesores, fueron seleccionados 14 miembros de la estructura de dirección y 13 profesores, todos ellos pertenecientes al IPU: Roberto Ramírez Delgado. La muestra fue seleccionada a través de un muestreo no probabilístico, teniendo en cuenta como criterio de inclusión: ser profesor activo y dar su consentimiento para participar en la investigación.

Principales resultados

El nivel educativo Preuniversitario comprende tres años de estudios que suponen el tránsito hacia la educación superior, posee la misión de formar de manera integral la personalidad del educando en correspondencia con los ideales patrióticos, cívicos y humanistas de la sociedad cubana actual. A partir de la valoración científica realizada a las diversas fuentes documentales, se llegó a la consideración que las mismas presentan limitaciones en cuanto a las acciones y requerimientos para desarrollar la formación ciudadana. A pesar de que el centro estudiantil despliega acciones con el fin de potenciar el comportamiento ético en los estudiantes, estas presentan un enfoque subjetivista desvinculado de la práctica formativa.

Si bien se tienen en cuenta en los documentos el reconocimiento de la formación ciudadana como un proceso obligatorio en la práctica pedagógica, aún es insuficiente su sistematización, pues no se lleva a cabo de manera secuenciada. No se crean acciones para su perfeccionamiento teniendo en cuenta el criterio de estudiantes y profesores desde una lógica que plasme sus propios valores.

En la superación realizada por los docentes no se conciben suficientes acciones que conlleven a su preparación sobre la formación ciudadana, lo que provoca limitaciones en su accionar dentro del aula. Las proyecciones educativas sobre la formación ciudadana no sobrepasan los límites de lo tradicional, lo que repercute negativamente en el desempeño del proceso pedagógico llevado a cabo por profesores y estudiantes.

 No son aprovechados al máximo los espacios socioculturales que pueden favorecer la formación ciudadana por su valiosa importancia histórica, axiológica y tradicionalista. Así mismo, son insuficientes las actividades extradocentes planificadas y su escasa vinculación con la familia y la comunidad.

En entrevista a miembros del consejo se dirección, se pudo comprobar que la formación ciudadana se tiene concebida, principalmente, mediante las clases impartidas por cada docente, las cuales son revisadas en las reuniones metodológicas y evaluadas por los miembros del consejo de dirección y metodólogos, con el fin de que cumplan con los objetivos formativos. Se diseñan actividades extraclases, para incorporar a la comunidad en las acciones desempeñadas por la escuela, se realizan matutinos, debate de los diez minutos y charlas educativas que involucran a docentes y estudiantes.

De igual forma, la estructura de dirección enfoca una serie de actividades con el objetivo de fomentar la formación ciudadana, tanto de los docentes como de estudiantes. Entre ellas se encuentran: la inserción en tareas sociales e investigativas, mayor responsabilidad y protagonismo al estudiantado en la toma de decisiones relacionadas con aspectos educativos, ejecución de actividades para elevar el nivel cultural de los docentes, el análisis de las distintas normativas institucionales con los estudiantes, así como la puesta en práctica de medidas disciplinarias ante el comportamiento inadecuado llevado a cabo por estudiantes.

Sin embargo, muchas de estas actividades planificadas por los directivos del centro no han contado con la correspondiente comprensión por parte de los miembros que integran la comunidad educativa, existiendo resistencia ante los cambios propuestos. De igual forma, las actividades se centran más en los estudiantes, dejando a un lado a los docentes, los que reconocen que las actividades son insuficientes y poco sistemáticas.

 Por otro lado, los directivos entrevistados plantean que el personal docente del centro ha emprendido una amplia dinámica para la formación ciudadana de sus estudiantes, evidenciada a través de una mayor planificación y organización del proceso pedagógico. Pese a ello, consideran insuficientes los temas relacionados con el comportamiento social y la formación de valores, consideradas ambas reclamaciones de la sociedad. Sobre el comportamiento social, tanto de estudiantes como de docentes, los directivos son del criterio que éstos son el resultado de diferentes elementos que influyen sobre ellos, de esta manera hacen alusión al entorno social en que se desarrollan y a la influencia que ejerce la familia y determinado grupo social.

De esta manera, afirman que se deben incrementar los espacios educativos donde se traten temas sobre la forma de comportarse y relacionarse en espacios públicos, así como intercambiar criterios sobre los valores que deben de predominar en la institución educativa. Además, advierten que los espacios existentes son inoperantes e ineficientes. Así mismo, hacen alusión que se deben de aprovechar al máximo las actividades formativas y artísticas desarrolladas fuera de la institución educativa para realizar intercambios sobre las actuaciones que pueden favorecer el comportamiento social de docentes y estudiantes.

Por otro lado, fueron entrevistados un total de 13 docentes, de ellos seis son profesores responsables de aulas, tres poseen el título de máster y 10 son licenciados. En el estudio realizado, se pudo comprobar que el proceso pedagógico para ellos solo incluye las actividades realizadas dentro de la institución escolar, refiriéndose específicamente a la parte docente. No tiene en cuenta la vinculación de la familia y la comunidad en dicho proceso, aunque manifiestan su importancia en la formación de la personalidad de los estudiantes.

Utilizan la clase como principal vía para desarrollar la formación ciudadana y dentro de ella emplean métodos tradicionales como el discursivo, no obstante, aquellas asignaturas que lo permiten le dan mayor protagonismo al estudiantado para abordar sobre estos temas, se apoyan en las tecnologías y en los libros de textos; favoreciendo la motivación y la participación activa d ellos estudiantes. Los docentes hacen alusión a otros espacios que dan cobertura para tratar la formación ciudadana, entre ellos mencionan los turnos de Reflexión y Debate, donde se trabaja un tema actualizado y de interés colectivo; las asambleas de grupo, que permiten analizar individualmente a cada estudiante; los matutinos realizados cada viernes y las visitas a lugares de interés histórico.

A su vez, creen escasos los espacios diseñados, admiten que cuando se planifica alguna actividad con el objetivo de formar valores, se realiza sin un tratamiento compartido e integrado y no tiene en cuenta los valores individuales de cada estudiante. Revelan también que la sociedad atribuye la formación ciudadana a una tarea únicamente de la escuela, obviando otras instituciones que pueden colaborar con esa misión, es el caso de cultura, salud y el área del deporte. Sin embargo, se revelaron informaciones que señalan insuficiencias en la dinámica para efectuar actividades basadas en la formación ciudadana, en varias ocasiones por desconocimiento sobre temas referidos a la formación de valores.

Sobre el comportamiento social de los estudiantes, los docentes coinciden en que no todos muestran una conducta inapropiada en los espacios de convivencia social, no obstante, es mínimo el interés que prestan ante cambios efectuados en la sociedad de cualquier índole y en ocasiones son protagonistas de indisciplinas sociales. También plantean que son escasas las muestras de educación formal, modos correctos de vestir y dialogar. Concuerdan, además, que no son variados los espacios en que los estudiantes pueden relacionarse, ni variadas las ofertas de las que disponen, se les deben de dar mayores responsabilidades dentro de la sociedad, para que se sientan comprometidos con ella.

Los docentes refieren que en diversas ocasiones el comportamiento social de los estudiantes es influenciado por múltiples factores, mencionan así, la familia, el entorno comunitario en que se relacionan, los ídolos que imitan, la música que escuchan, el grupo social al que pertenecen, la moda que siguen y los cambios económicos que se dan en el país. Por lo que creen conveniente la creación de espacios que aborden temas sobre tradiciones, nacionalidad e identidad. A pesar de ello, afirman que en su mayoría son receptivos ante temas de formación de valores y de conducta ciudadana.

La interpretación de la encuesta aplicada a los estudiantes, reveló que solamente 10 estudiantes afirman tener un conocimiento profundo sobre la formación ciudadana, lo que representa un 33,3%, 15 aseveran poseer un conocimiento medio, para un 50%, y cinco ratifican tener un conocimiento bajo, para un 16,7%. Se pudo comprobar que los estudiantes relacionan la formación ciudadana con los valores y con el comportamiento social; muy pocos conocen que ya son reconocidos constitucionalmente como ciudadanos, por lo tanto, desconocen sobre las deberes y derechos que los amparan y que pueden violar con su actuación.

En cuanto a las actividades desarrolladas en el centro que contribuyen a la formación ciudadana, 13 estudiantes respondieron de manera afirmativa, para un 43,3%, y 17 lo hicieron de forma negativa, lo que representa un 56,7%. Cabe destacar que los estudiantes que respondieron de forma afirmativa son del criterio que estos espacios fomentan su aprendizaje, su nivel cultural y su formación de valores como ciudadanos, sin embargo, manifiestan su inconformidad aludiendo que muchas de estas actividades no son debidamente planificadas, se mantienen patrones viejos por parte de los docentes, quienes hacen resistencia a lo nuevo y no se explotan debidamente las tecnologías.

Con respecto a la utilización de vías y métodos empleados por los docentes para darle tratamiento a la formación ciudadana, 14 estudiantes marcaron de manera afirmativa, para un 46,7%, mientras que 16 lo hicieron de modo negativo, para un 53,3%. Entre las vías mencionados por los estudiantes, se destaca la clase como el principal espacio, además de los matutinos, el debate de los diez minutos, las charlas educativas, la visita a lugares de interés histórico y en menor medida los software educativos diseñados para su aprendizaje. Así mismo, se revela que los docentes emplean métodos reproductivos, carentes de dinamismo y en muy pocas ocasiones los estudiantes poseen el protagonismo.

En cuanto a los cambios en el sistema de actividades diseñadas por los docentes para darle tratamiento a la formación ciudadana, 23 estudiantes son del criterio que sí deben de existir cambios, lo que representa un 76,7%, en tanto, siete manifiestan que las actividades se deben de mantener de igual modo, para un 23,3%. Los estudiantes refieren que la formación ciudadana es un tema actual y de interés colectivo, por lo que los docentes deben de explotar más las nuevas tecnologías a partir de las posibilidades que ofrecen las mismas.

Se sugiere, además, que las clases no sean tradicionales, sino que utilicen diferentes formas de organización de las mismas, de esta manera pueden emplear aún más los medios de enseñanzas y entrar en contradicción de criterios; proponen mayor número de actividades prácticas fuera de la institución educativa, de esta manera poder entrar en contacto con la realidad social.

Lo concerniente al comportamiento social, 10 estudiantes marcaron de manera positiva, para un 33,3%, en tanto 20 lo hicieron de forma negativa, lo que representa un 66,7%. Los estudiantes que dieron su respuesta positiva atribuyen el comportamiento de sus compañeros como algo propio de la edad, con el propósito de encajar en un grupo social, de impresionar a su pareja o por el desconocimiento que poseen hacia determinadas restricciones en algunos lugares que frecuentan.

Los educandos que dieron su respuesta negativa, se basan en los hábitos que son nocivos para la salud y que muchos de sus compañeros los practican en lugares públicos, además de indisciplinas sociales de las que en ocasiones son protagonistas, así como la carencia de normas de educación formal, modos incorrectos de vestir y de relacionarse con los demás. Comentan, que no se respeta cabalmente el reglamento escolar por parte de todos los educandos y que han existido casos de violencia hacia los docentes que les imparte determinada asignatura, por lo que son del criterio que se debe de profundizar más en los temas relacionados con la formación ciudadana.

Por otra parte, fueron observadas un total de 10 clases, en las mismas, se pudo comprobar la existencia de las siguientes dificultades:

-          Insuficiencias en la concepción de la formación ciudadana, pues no se realiza de manera secuenciada en la clase, lo que limita el carácter integral de saberes y procederes ciudadanos.

-          Escasa utilización de vías y métodos novedosos para trabajar la formación ciudadana, siendo impartido el contenido de manera reproductiva, restringiendo el debate por parte de los estudiantes.

-          Limitado empleo de medios de enseñanzas en las clases, utilizándose con mayor frecuencia el libro de texto para darle tratamiento a los contenidos, quedando limitado el uso de otros medios de enseñanzas en función de la formación ciudadana.

-          Insuficiencias en el comportamiento de los estudiantes ente el desarrollo de la actividad, lo que repercute negativamente en el progreso de la clase.

-          Carencias existentes en la forma de dialogar, vestirse y relacionarse los estudiantes, lo que evidencia el poco trabajo educativo que se realiza en la institución escolar y el irrespeto hacia el reglamento escolar.

-          Insuficiencias en el desempeño de los docentes en temas relacionados con la formación ciudadana, existiendo dificultades en su preparación personal en cuanto a estos temas.

-          Limitada planificación de actividades relacionadas con la formación ciudadana, siendo este un tema al que no se le da prioridad dentro del sistema de clases.

Según lo abordado hasta el momento, la formación ciudadana incluye no solo conocimientos, sino repercute en los valores y características de las personas, siendo esta una concepción que no cuenta con estudios suficientes. Demostrando el gran reto que poseen los docentes del nivel educativo Preuniversitario, al lograr en los estudiantes una formación integral, atemperada a los cambios económicos, políticos y sociales actuales.

Las reflexiones actuales sobre la formación ciudadana, como expresión de las concepciones que se toman en cuenta relacionadas con el estudiante y su vínculo con la sociedad, constituyen una premisa para la fundamentación del proceso de modelación de la formación ciudadana en los estudiantes del nivel educativo Preuniversitario.

Conclusiones

Existen limitadas conceptualizaciones para el tratamiento de la formación ciudadana en los estudiantes del nivel educativo Preuniversitario, por lo que se hace necesario una mayor dirección desde una concepción integradora que contribuya a la formación de habilidades, valores y normas de conducta para su implementación.

El estudio de las diversas fuentes consultadas evidencia la necesidad de desarrollar la formación ciudadana de los estudiantes del nivel educativo Preuniversitario desde el proceso pedagógico.

Este estudio diagnóstico realizado permitió evidenciar las insuficiencias existentes en el proceso pedagógico para desarrollar el proceso de formación ciudadana en los estudiantes del nivel educativo Preuniversitario, lo cual se evidencia  en los resultados de los diferentes instrumentos aplicados, en los cuales se pudo evidenciar las insuficiencias del trabajo educativo desde las actividades docentes, extradocentes y extraescolares, lo que limita el adecuado desempeño ciudadano de los estudiantes en los diferentes contextos de actuación.

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[1] Licenciada en Educación, especialidad Marxismo-Leninismo e Historia, Profesora de Historia de Cuba en el Instituto Preuniversitario Urbano: “Roberto Ramírez Delgado” Niquero. Granma. Cuba. Profesor Instructor.  E-mail: claraanayalao@gmail.com ORCID: http://orcid.org/0000-0002-4264-3106  

[2] Licenciado en Educación en la Especialidad de Informática. Profesor de Informática Instituto Preuniversitario Urbano: “Ignacio Pérez Zamora” Jiguaní. Granma. Cuba. Profesor Instructor. E-mail: luismj8809@nauta.cu  ORCID: http://orcid.org/0000-0003-2804-565x

[3] Ingeniero Agrónomo, Profesor en el Centro Universitario Municipal de Niquero, Granma. Profesor Instructor. E-mail: jlaoz@udg.co.cu ORCID: http://orcid.org/0000-0003-1670-3176