Pensamiento crítico en la investigación psicológica: legado y retos en Latinoamérica

Critical thinking in psychological research: legacy and challenges in Latin America

Alberto Velázquez López 1

Resumen

El progreso del saber humano a lo largo de la historia ha estado basado en dialécticas en las que los sujetos y objetos se han interrelacionado a partir de puntos de vista, de enfoques que reflejan la realidad a su modo, todo lo cual está condicionado por el desarrollo de la ciencia y la técnica. Dentro de estos procesos la investigación psicológica ha pretendido dar las respuestas más certeras, porque de todo lo existente son los seres humanos lo que más certeza requiere. Ello ha tenido una dialéctica en la que la subjetividad ha reflejado esos modos concretos de interpretación y reflejo en dependencia del sentido humanista que se posea. Realizamos un breve acercamiento al papel del pensamiento crítico en el desarrollo de la comprensión filosófica acerca de su lugar y papel dentro de la investigación psicológica y algunas deudas con la historia latinoamericana y las funciones de la Psicología en la era actual. Se reconoce a esta ciencia como una de las que más ha aportado al conocimiento del pensamiento crítico, pero a la vez tiene mucho por hacer ante los nuevos retos del desarrollo social y la formación integral del psicólogo del siglo XXI.

Palabras clave: pensamiento crítico, investigación psicológica, creatividad

Abstract

The progress of human knowledge throughout history has been based on dialectics in which subjects and objects have been interrelated from points of view, approaches that reflect reality in their own way, all of which is conditioned by the development of science and technology. Within these processes, psychological research has tried to give the most accurate answers, because of everything that exists, human beings are what require the most certainty. This has had a dialectic in which subjectivity has reflected those specific modes of interpretation and reflection depending on the humanist sense that is possessed. We make a brief approach to the role of critical thinking in the development of philosophical understanding about its place and role within psychological research and some debts with Latin American history and the functions of Psychology in the current era. This science is recognized as one of the sciences that has contributed the most to the knowledge of critical thinking, but at the same time it has a lot to do in the face of the new challenges of social development and the comprehensive training of the 21st century psychologist.

Keywords: critical thinking, psychological research, creativity

Introducción

En viaje que hice a México en noviembre de 2022, en el Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad de Veracruz, la Dra. Érika Cortés de Copado me solicitó una conferencia sobre pensamiento crítico para sus doctorandos, asumí el encargo con mucho entusiasmo y a la vez se me convirtió en un reto al no ser psicólogo, pero lo acepté porque esta es una ciencia por la que me he interesado desde joven. Me atreví compartir ideas y hoy se las presento a sabiendas de que es un tema difícil de agotar y al que hay que investigar desde los nuevos descubrimientos y posicionamientos resultantes de ese constante desarrollo del saber. El avance de la psicología como práctica cultural y ciencia generalizadora del progreso humano requiere su estudio desde nuevos puntos de vista, en correspondencia con la evolución de esta ciencia y de las demás ante exigencias no vistas anteriormente y que hoy emergen como causas y consecuencias, en las que se entrelazan manifestaciones y dinámicas, asonantes, disonantes y mixtas. Toda una complejidad de esencias ante hombres y mujeres con vidas más activas ante las exigentes sociales, aspectos que el investigador de la psicología no puede esquivar.

El pensamiento crítico en el siglo XXI es objeto de investigación y de prácticas educativas basadas en el pensamiento creativo, la innovación y aplicación de teorías comunicacionales, cuestión muy necesaria para las dinámicas que se viven y las exigencias de talentos que el desarrollo social requiere. La realidad está en que hoy no se podrá avanzar mucho en las ciencias sino se emplea este tipo de lógica, a la que se le ha nombrado pensamiento crítico. Hoy se ve como método, habilidad o rasgo de la personalidad. Los individuos más triunfadores ya no lo son porque sean elegantes o carismáticos, es por poseer un pensamiento y un discurso convencedor, capaces de inspirar confianza por los argumentos que aportan o porque reflejan e inspiran seguridad: es otro sentido o ideal de personalidad, de bienestar psicosocial, de hombres y de mujeres con nuevas virtudes.

Se le nombra pensamiento crítico, por ser una forma de racionalidad basada en habilidades y destrezas, en lógicas del razonamiento sintetizador, de experiencias, con evidencias convincentes, que llevan al elogio y al reconocimiento de las facultades cognitivas y socializadoras de los individuos en condiciones de saturación de la información, de un crecimiento de los conocimientos y de las fuentes y dinámicas de generación de saberes. En medio de todo ello, se necesitan ideas que funcionen. Esto es lo que los estudiosos han visto en el pensamiento crítico, de ahí la intencionalidad de enseñarlo y aplicarlo en la investigación científica, la docencia y la comunicación.

Hay muchas cosas de la vieja racionalidad que hoy no funcionan porque la diversidad y a veces, la complejidad del proceso de que se trate, nos dicen que esa racionalidad no basta, que se necesitan nuevas formas de ver los objetos, fenómenos y procesos, en esencia el problema no es de forma, es de contenido.

Es nuestro objetivo exponer algunas reflexiones acerca del pensamiento crítico y su papel en las investigaciones psicológicas. Por ser un tema al que se le presta especial atención por investigadores, por estar entre los ideales de los modelos educativos más avanzados la formación de habilidades del pensamiento crítico y porque esta época necesita ser criticada en el sentido de hacerla más humanista y certera en la interacción con aspectos como es la sociedad y el medioambiente, el trabajo y la creatividad, el bienestar y las posibilidades de realización de los individuos, así como con el placer de vivir dignamente, es lo que nos estimula prestar atención a este saber que ha sido visto como pensamiento, método, actividad, habilidad, ciencia.

Desarrollo

En los textos más remotos en el tiempo, que se refieren a los problemas humanos, vemos que no se ha avanzado casi nada, siguen siendo los mismos: las diferencias, injusticias, equivocaciones, errores, falsedades, insatisfacciones, incomunicación. Las concepciones acerca del pensamiento crítico son resultado de esa búsqueda constante de la verdad, por ello en la Antigüedad hay que referirse a Sócrates, Aristóteles, Platón, entre todos aquellos que buscaron y encontraros respuestas a los diversos problemas. Así ha sido a lo largo de toda la historia. Debido a los procesos de colonización la búsqueda de la verdad ha estado dada desde la racionalidad europea y nosotros, colonizados al fin, repetimos esas concepciones y hasta somos capaces de defenderlas, aunque nada o muy poco tengan que ver con nuestras realidades, es lo que a veces nos hace irracionales.

El marxismo fue la filosofía que más crítica hizo, con la profundidad y certeza nunca lograda hasta ese momento, al presentar un modelo integrador de contenido, dinámicas y resultados, con lo que se revelan las potencialidades de los seres humanos para recrear y crear su vida en cada espacio y calendario existencial. Las teorías marxistas acerca de la concepción materialista de la historia y del papel activo del factor subjetivo en el desarrollo se constituyen en el fundamento filosófico y metodológico para el desarrollo de las ciencias sociales y humanistas.

El conocimiento es universal, solo hay diferencias en los procedimientos o vías para llegar a él y también está el carácter histórico que distingue al producto y al sujeto que lo crea, solo cuando están creadas las condiciones objetivas y subjetivas necesarias es que se dan las cosas y el propio conocimiento.

Latinoamérica posee la dicha de tener su propia racionalidad, diferente a la europea, porque es construida en los campos de batalla, dentro de los procesos independentistas y liberadores, sus padres son los padres de la independencia: Bolívar, Hidalgo, San Martín; y otros muchos luchadores contra la colonización: José Martí, Eugenio María de Hostos, todo un ejército de hombres y mujeres que han buscado la verdad porque ella es el bien común, no es saber más o decir mejor las cosas, es estar en lo cierto, en lo funcional porque posee contenido ético, estético y científico.

Hablar de pensamiento, crítico, requiere que se estudie desde los enfoques filosóficos, sociológicos, pedagógicos y psicológicos. Los psicólogos son los que más han avanzado en las investigaciones al respecto, principalmente después de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los autores son residentes en los EEUU, continuadores de la racionalidad europea y como fueron los más beneficiados con los resultados de las guerras, han tenido recursos para fomentar este tipo de investigaciones. Aunque Latinoamérica había protagonizado procesos culturales muy importantes para el mundo, principalmente desde el siglo XIX, dígase en las artes, la literatura y el pensamiento político, esos teóricos del pensamiento crítico no reconocen lo aportado por los latinoamericanos desde siglos anteriores.

En nuestra región tenemos otra forma de hacer ciencia, no la sistematizamos en teorías a la usanza europea, sino que la dejamos plasmada en discursos, cartas, artículos periodísticos, porque nuestras lógicas se han apartado de la rigidez teórica y lo que nos encontramos es una integración de lo teórico con las prácticas, principalmente revolucionarias. Ejemplos tenemos en Simón Bolívar y José Martí, en sus cartas y discursos hay conocimiento de los recursos de la comunicación o de la psicología social y política, cuando en realidad estas ciencias, como tal, no habían aparecido aún. Entonces qué han hecho los teóricos del siglo XX, sistematizar en teorías lo que los latinoamericanos habían experimentado en las trincheras independentistas nacionales. Así pasó con la teoría de las identidades. El primero que habla de identidad es Simón Bolívar, quien ve rasgos comunes, necesidades compartidas y formó los nuevos estados nacionales en base a esas características, muy diferente a lo que pasó en Europa con la formación de los estados nacionales, donde lo que los unió fueron las monarquías, no una identidad cultural.

A partir de estas ideas es que dirigimos nuestro llamado a comprender la relación entre pensamiento crítico e investigación psicológica, lo cual debe hacerse desde nuestra racionalidad y cultura latinoamericana como defensa a esta forma particular de comprender el mundo y a los seres humanos que habitan estas tierras, que han creado identidades, culturas, naciones.

La psicología latinoamericana como ciencia está aún colonizada, a pesar de que hay toda una tradición científico investigativa legitimada como certera, capaz y valiosa. Somos seres humanos diferentes porque somos resultado de una cultura propia y la cultura es la base de toda producción espiritual o ideológica. La mayoría de los problemas psicológicos o de salud que se padecen hoy están dados por cuestiones culturales, más que por problemas fisiológicos o neuronales, sin embargo, nos empeñamos en terapias alejadas de nuestras culturas, de aquí la no funcionalidad de algunas de ellas.

Apoyarse en el pensamiento crítico para la investigación científica, para el diagnóstico, exige mayor agudeza y amplitud en los conocimientos teóricos y prácticos, en la realización de diagnóstico reveladores de esencias, no de simples manifestaciones, capaz de reproducir la subjetividad de forma sistematizada, multifactorial, multideterminada y multiformal, como resultado de procesos mentales complejos que posibilitan la participación soberana de las personas en los demás procesos sociales (Velázquez-López y Martínez-Rubio, 2022)

Este tipo de pensamiento, como método científico, se aplica en correspondencia con la especificidad de cada objeto de estudio: personas, comunidades, género, territorio, grupo, etcétera. Hay que saber encontrar la teoría en el objeto, no tanto en el libro escrito por otros, si se usa ese libro es para comparar, correlacionar, siempre teniendo en cuenta que cada individualidad es una singularidad, porque es una historia, una experiencia, una circunstancia, en fin una realidad a la que si solo aplico la generalidad se pierde el sentido de la investigación, se puede caer en esquematismos, que es un grave error como lo es copiar teorías ajenas a nuestras realidades espirituales y sociales en general.

En el desarrollo del pensamiento crítico, el surgimiento del marxismo constituye una revolución al aportar la concepción materialista de la historia, al comprender el papel de la práctica social en el desarrollo del conocimiento, al sistematizar estos aspectos y aplicarlos al desarrollo espiritual, social, cultural y de las personalidades. Aporta una comprensión crítica que va a ser la base de todo el posterior desarrollo de las ciencias. Seguidores como Lev Vigostky (1896- 1934), con su teoría acerca del papel del lenguaje, lo social y la cultura en el desarrollo psíquico del ser humano; Piotr Yákovlevich Galperín (1902-1988): con la teoría de las acciones mentales, o sea, habilidades; Jean Piaget (1896-1980), con su concepción de la actividad cognitiva del sujeto, básico para el conocimiento de las habilidades y las etapas en el desarrollo del pensamiento; y Nina Fiódorovna  Talizina (1923), con su teoría acerca de la formación de las habilidades en la educación superior, hicieron valiosos aportes que muy pocas veces se reconoce. El que menos se ha ignorado es a Vigostky porque sus concepciones revolucionaron a las ciencias psicológicas y pedagógicas.

La comprensión marxista de que la conciencia es el reflejo del mundo objetivo, como también, que la conciencia posee una independencia relativa, un carácter creador, que no es la copia fiel de lo observado, es la recreación o asimilación de objetos, interrelaciones, procesos, gracias a la personalidad de cada individuo, a la cultura a la que se deba, así va tener formas muy particulares de comprenderse y recrearse. Es una respuesta crítica, basada en una filosofía dialéctica donde hombre, conocimiento y actividad, se unen en procesos de desarrollo infinitamente continuos a través del trabajo creador.

Ha sido la Psicología la ciencia que más ha aportado a los estudios del pensamiento crítico, principalmente a partir de la segunda mitad del siglo XX al haber aportado definiciones, modelos de comprensión, al identificar habilidades propias de este proceder. En EEUU se unen psicólogos, pedagogos y filósofos, se destacan John Dewey (1859-1952), Benjamín Bloom (1913-1999), Robert Ennis (1928), Richard Paul (1937-2015) y Mathew Lipman (1922-2010), y otros, olvidándose de aquellos que desde experiencias educativas más humanistas, porque no se pusieron en función del mercado, como sí lo hicieron algunos de estos autores referidos anteriormente, a quienes lo que más les preocupó fue la formación tecnológica o tecnocrática de los individuos, su formación como fuerza de trabajo, sus capacidades para operar las máquinas. No obstante a ello, hicieron aportes innegables.

La comprensión del pensamiento crítico tiene su connotación desde las ciencias en diversos ámbitos del conocimiento, ya sean pedagógicos, epistemológicos o políticos. En la historia de las ciencias se reconoce a las ciencias críticas, epistemología crítica, pedagogía crítica. Siempre como posicionamientos teóricos que pretenden romper esquemas, modos de hacer y pensar, principalmente por científicos que han estado insatisfechos por las interpretaciones dadas, porque comprenden que se necesitan nuevas respuestas. O sea, por necesidad cognoscitiva y de la práctica transformadora, porque el mundo necesita otras miradas.

Los procesos independentistas latinoamericanos defendieron la formación del pensamiento descolonizado, que los seres humanos pensaran por sí mismos, que no se copiaran modelos. La descolonización mental es la base fundamental de la liberación plena del individuo. Como proceso social implica la formación de una cultura que sea patrimonio de todos dentro de los procesos culturales, en los que se crea lo propio sin desconocer lo otro, pero que no sea una reproducción acrítica, una copia textual de los valores de otras latitudes. Es una oposición al imperialismo, a la copia o imitación acrítica de lo extranjero.

José Martí le presta especial atención a que las personas piensen por sí mismos, a que no se copien modelos o repitan saberes sino son patrimonio de la persona: “[...] el hombre crece con el ejercicio de sí mismo, como con el rodar crece la velocidad de la rueda; y cuando no se ejercita, como la rueda, se oxida y se pudre” (Martí, 1885, p. 323).

Martí fue un gran pensador del siglo XIX, vivió unos años en México, en los años cuando el positivismo era muy fuerte y se realizaban debates sobre diversos temas. Él participó en algunos de esos debates sin haber sido positivista. No lo fue porque siempre se opuso a todas las escuelas, dijo que era un “caballo sin bridas”. Aprendió de las culturas indígenas que el mundo es mundo porque en él hay un equilibrio entre el todo y las partes, que lo que había que hacer es estudiar a profundidad y que lo más importante es el ideal que mueve a los hombres a trabajar, a amar, a luchar para bien de los todos, como bien de humanidad y en ello estaba la utilidad de la virtud.

Robles (2019) cita a Díaz-Torres y plantea que la habilidad de pensar críticamente supone destrezas relacionadas con diferentes capacidades como, por ejemplo, la capacidad para identificar argumentos y supuestos, reconocer relaciones importantes, realizar inferencias correctas, evaluar la evidencia y la autoridad, y deducir conclusiones.

En la Psicología como ciencia, el pensamiento crítico ha aportado mucho, está entre las ciencias que más lo aplican y es por necesidad propia. Ninguna otra ciencia posee un objeto de estudio más complejo, que requiera más creatividad al interpretar los datos, relaciones, manifestaciones, procesos, cualidades, para diagnosticar y para la aplicación de terapias o para cumplir funciones orientadoras. Por esta complejidad es que han surgido nuevas ramas de la psicología. Hoy los estudios psicológicos se dirigen a las neurociencias, a la integración con otras esferas del saber entre ellas la cibernética, la comunicología y más. Saberes que determinan el futuro de las ciencias, de aquí la importancia que se le debe dar al pensamiento crítico en la formación de psicólogos, a las investigaciones psicológicas y a la socialización de los resultados científicos.

Por tanto, le corresponde a la universidad, como institución, formadora encontrar los mejores métodos para enseñar lo que realmente necesita el psicólogo para ejercer eficientemente su profesión. Al ver las tendencias de los procesos sociales actuales hay que hacer más eficiente esta profesión en la garantía de una sociedad más inteligente, sana, creativa y formadora de bienestar psíquico y social.

En particular, en la perspectiva psicológica se destacan los componentes cognitivos y autorregulatorios del concepto y se le ubica como una habilidad de pensamiento compleja, de alto nivel, que involucra en sí otras habilidades (comprensión, deducción, categorización, emisión de juicios, etcétera). Sin embargo, el pensamiento crítico no puede entenderse sólo como la sumatoria de habilidades puntuales aisladas de un contexto y contenido determinados (Díaz, 2001)

Se requiere de conocimientos sociológicos, antropológicos, etnográficos, demográficos, económicos, históricos, porque todo lo que sea humano va a influir en las personas, en su mundo espiritual, como procesos normales de desarrollo y también ante las nuevas influencias y relaciones que se establecen por el propio desarrollo social. La investigación en psicología que es capaz de reflejar acertadamente la complejidad de la vida humana y a la vez simplificarla para poderla transformar o fortalecer, para que cada vez el proceso de socialización posibilite el desarrollo de la personalidad como individualidad que pertenece a una colectividad, de la cual pueda alimentarse y desechar lo que no le es útil, capaz de integrarse a cualquier comunidad conservando sus valores originarios.

Las investigaciones a realizarse en y desde la Psicología tienen hoy un enriquecimiento de las relaciones y manifestaciones de la espiritualidad en condición de nuevos fenómenos, algunos con resultados nefastos para las personas y hay que tomar partido protagónico en estudiar sus causas y formas de remediarlos. Las nuevas tecnologías son las causantes de enfermedades fisiológicas y psicológicas, lo que nos lleva a no solo atender lo neurológico, sino también lo biológico propio del ser humano y del entorno, por ejemplo, las conexiones inalámbricas son muy dañinas y al parecer hay que conformarse a vivir con lo nocivo por ser condición para poder alcanzar la socialización que se requiere y aunque no se desconozca el daño, hay que vivir en esas condiciones de riesgo.

En Cuba se ha avanzado mucho en procesos de empoderamiento o cambio de roles, por ejemplo de masculinidad y paternidad. El Estado ha ayudado en ello al otorgar la licencia de paternidad, retribuida durante el primer año de vida del niño, que no solo es cuando está ausente la madre, lo es también cuando la madre tiene funciones sociales más importantes que las del padre y él asume esta responsabilidad.

Mientras que por otra parte, las mujeres posponen cada vez más su maternidad, principalmente por conservar su protagonismo profesional o por condiciones materiales de vida ante la carencia de viviendas u otra situación. Estas son cuestiones a estudiar para que no sean solo representaciones o ideas que se asumen ante una relación social, hay que revelar desde su complejidad la madeja de relaciones y móviles que llevan a esas nuevas posturas o manifestaciones. O sea, la psicología no solo debe estudiar los problemas existentes, sino también lo nuevo que es positivo, para dimensionarlo o fomentarlo socialmente.

Sirva este como una referencia hacia dónde deben ir los estudios de estos tiempo, la psicología no está ahora para solo describir conductas, comportamientos negativos, como sucedían en algunos momentos. También tiene como tarea encontrar los argumentos más acabados y diversos que puede aportar teniendo como base el pensamiento crítico como método de investigación, como posicionamiento que estudia al sujeto como todo y parte, como individuo y sociedad, como adaptación y desarrollo. No se llegará a un solo modelo de investigación, ni a una sola respuesta, se darán opciones analíticas, valorativas y proyectivas, que en unas condiciones funcionarán, pero en otras tal vez no tanto. El estudio de las nuevas tendencias y manifestaciones ha de ser la prioridad.

Para los psicólogos en formación y para los que se especializan a través de maestrías y doctorados, la crítica científica es el método del progreso, en la medida en que se aprenda a identificar las ideas científicas, conjeturas, tesis, hipótesis, modelos, es que se podrá aplicar el método del pensamiento crítico, que no es la crítica por la crítica, sino el análisis o valoración de las lógicas empleadas, de los aportes alcanzados y de lo que no entra en contradicción con una concepción. Las habilidades vinculadas a la capacidad de clarificar las informaciones tienen como base una cultura científica, o sea, conocimientos sistematizados, también actitudes y destrezas para procesar la información. Lo que se va a reflejar en el tipo de idea que se produzca, en cómo se expone y la coherencia en los argumentos.

Halpern (2014) afirma que pensar críticamente es querer y es saber buscar diversas fuentes de información y, a partir de ellas, discriminar, de entre la información disponible, aquella que es, decididamente válida, relevante y reutilizable; además, se debe aprehender, con el fin de que se convierta en conocimiento personalmente construido. Pensamiento crítico es tener la capacidad de identificar la información relevante, de utilizarla para tomar decisiones sólidas, de manera autónoma, que permitan solucionar problemas del mejor modo posible. Se aumenta la eficacia en muchos ámbitos y facetas de la vida (Robles, 2019).

La crítica científica es un proceso que forma parte del método científico y una de las vías fundamentales para la búsqueda de la verdad, su encuentro y avance, para perfeccionar los resultados científicos obtenidos, reconocer su valides y pertinencia, para develar hallazgos, limitaciones y sesgos en las investigaciones científicas y sus resultados; sean estos teóricos o prácticos. La lectura crítica es el proceso de evaluar e interpretar la evidencia aportada por la bibliografía científica u otra fuente, es considerar sistemáticamente los resultados que se presentan, su validez y su relevancia para el propio trabajo, asumir una posición sustentada en determinado posicionamiento teórico y establecer un punto de vista al respecto.

Denotan la presencia de la crítica en un texto científico cuando se hace referencias y análisis de diferentes fuentes, hay confrontación de ideas y de datos, planteamiento de nuevas preguntas, problemas e hipótesis, criterios propios y manejo de la intertextualidad. El método científico basado en el pensamiento crítico integra en sí mismo a la crítica científica, la cual se erige como punto de partida de las investigaciones, su génesis está estrechamente ligada al cuestionamiento de la realidad, a la develación de contradicciones y es el pilar fundamental de la argumentación de los problemas.

La exigencia del pensamiento crítico es presentar evidencias científicas de los sesgos epistemológicos develados durante el proceder de la investigación y el acceso a la nueva concepción teórica, que debe ofrecerse a la comunidad científica con argumentos convincentes, un posicionamiento teórico respecto al objeto y campo investigado, la metodología investigativa y así también una postura profesional y ética científica. De todo lo cual se puede afirmar “que se está hablando de habilidades que deben ejercitarse, más que de contenidos que deban aprenderse” (Sánchez-Dorantes y Aguilar-Castillo, 2009, p. 220).

El término psicólogo, es una palabra que lleva pecho hondo, aire con peso de amor y luces para dar en los momentos cuando hay alguien que le hace falta aire, amor o luz, pero tiene que ser por deber social, por solidaridad, no por una cuestión caritativa. No es un tema de compasión, es de conocimiento humanista, dialéctico, complejo, por todo ello es el deber de prepararse en lo que se ha llamado pensamiento crítico. La comunidad de investigación y el trabajo en grupo o equipo, constituye el estilo más valioso porque posibilita el intercambio de ideas, consolidar los lazos afectivos y fomentar el compromiso hacia el futuro.

La resolución de problemas, proporciona destrezas y estrategias que habilitan para generar hábitos de razonamiento sistemático y riguroso. En la investigación es esencial que exista pensamiento crítico, para que las habilidades de análisis, interpretación y evaluación logren entender la realidad, el contexto complejo en que se producen y de esta forma generar conocimiento cuyo impacto puede abarcar distintos ámbitos (Herrera, 2019).

El pensamiento crítico es además la capacidad que tiene el ser humano para cuestionar su propio pensamiento, no solo para deliberar el de los demás, ello es lo que lo hace dialéctico y su dinámica se la impone cada autor con su formación teórica, con su dedicación al estudio y a la investigación. Todo ello es lo que hace partícipes activos, vivos, al investigador, lo que constantemente se evalúa, porque el pensamiento crítico cierra con la evaluación de los resultados, las destrezas, habilidades, competencias: es la capacidad de formar juicios autorregulados. Implica la habilidad de evaluar desde valoraciones éticas y científicas la realidad para proponer una acción ante esta: es una cuestión ética, axiológica y epistemológica.

El pensamiento crítico debe estar presente en todas las fases de la investigación, desde la construcción del problema, tratamiento al objeto de estudio, marco teórico, la metodología, hasta el análisis y comunicación de resultados, en otras palabras, esto permite atender con la rigurosidad científica cada momento del proceso, identificar y analizar el problema; en el diseño y planificación de la investigación, en la forma en que se interpreta, evalúa y sistematiza los resultados obtenidos, e incluso en la estrategia de divulgación de los resultados de la investigación. (Herrera, 2019, p. 12)

Una de las limitaciones que nos encontramos hoy para formarnos y formar en y desde el pensamiento crítico es la poca literatura elaborada desde este proceder, por lo general se reproduce la lógica del racionalismo tradicional, lo que impide que los estudiantes realicen críticas cuando los textos que se les orientan no son críticos. Hay que apropiarse de este método para la redacción de textos científicos, en los que se pueda apreciar el diálogo o la controversia entre teóricos, en los que tomar una posición como lector implique meditaciones bien complejas, la necesidad de construir una idea o concepción, no de asumir lo que dijo otro o porque lo dijo tal autor que es algo muy común.

El método por sí solo no aporta la verdad, la verdad está en dependencia de diversos aspectos, entre ellos del porqué se busca, no hay una sola verdad, pero a la vez para una misma hay millones de formas de decirla. El pensamiento crítico lo que nos convoca es a que cada uno construya su propio conocimiento, es lo preferible ante la copia mecánica de teorías, eso también es dependencia colonial y estamos cansados de prototipos, lo que se necesita son hombres y mujeres originales, acordes con la tierra y época en que se nace, como lo han defendido nuestros próceres liberadores.

Otro de los aspectos a considerar es la estrecha relación entre creatividad y pensamiento crítico. Al respecto Paulo Freire (1985). nos advierte:

La comprensión de un texto no es algo que se recibe de regalo: exige trabajo paciente de quien se siente problematizado por él.

El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas. (Freire, 1985, p. 12)

Al determinarse las categorías fundamentales del pensamiento crítico existen diferentes puntos de vista, unos lo ven como la forma en que se presentan los argumentos, así se habla pensamiento convergente, divergente y lateral, en los que se consideran similitudes, diferencias o si se es capaz de dar una nueva visión (Tamayo et al, 2015). Hay autores que lo ven como tipos de pensamiento crítico. Mientras que por otra parte se consideran a la argumentación, la solución de problemas y la metacognición. En resumen, las categorías fundamentales están en la propia definición de pensamiento y de crítica, dado por las características de la ciencia de que se trate y su integración con pensamiento crítico como fuente de conocimientos, todo lo cual también es objeto de la crítica constante que posibilita el desarrollo de las ciencias.

El pensamiento crítico es un pensamiento creativo, es conocimiento generado por personas creadoras, lo que nos lleva a verlo no solo como verdad, sino también como identidad de aquellas personas que lo poseen. La creatividad y este pensamiento como proceso intelectual y cultural se fusionan en una dialéctica compleja y armónica, con sentido histórico muy dinámico, en dependencia del nivel de socialización del individuo y de los valores culturales, científicos, políticos, éticos que cada época cultiva. Además, a decir de Mitjáns (1995):

El descubrimiento de un problema, en el hallazgo de una nueva estrategia de solución, en la elaboración de una novedosa teoría están presentes procesos intelectuales complejos, donde el pensamiento desempeña un rol fundamental, pero que, a su vez, no funciona independientemente de la esfera motivacional del sujeto, puesto que operan precisamente allí donde su motivación está comprometida, o sea, en el área donde el sujeto ha desarrollado intereses y se gratifican sus principales necesidades. Además, el proceso creativo está pleno de vivencias emocionales, ya sean de carácter positivo o negativo, en dependencia del momento específico por el que atraviesa el proceso. (p. 38)

La unidad entre el pensamiento crítico y la creatividad no solo es cuestión de enseñar métodos, es también de desarrollar lo afectivo y lo volitivo en el proceso cognoscitivo-transformador y formador de destrezas, hábitos y habilidades. Todo lo cual implica posicionamientos éticos y científicos humanistas, que comprendan el proceso del conocimiento en su dimensión social integral, regidos por la actividad y la cultura que los genera.

Conclusiones

Hoy se exige de la presencia del pensamiento crítico en las investigaciones porque es la concepción teórico-metodológica que integra métodos, puntos de vista, habilidades, destrezas y posicionamientos ante el mundo espiritual de las personas, lo que a su vez permite el desarrollo de las ciencias desde dinámicas analíticas, valorativas y progresivas de sentido cognoscitivo humanista, en base a experiencias personales y colectivas, ante nuevas funciones sociales de la ciencia el investigador tiene que supeditar el saber a la superación de los escollos del desarrollo del conocimiento y del propio progreso humano con lo cual construye ,en gran medida, la personalidad propia a través de los recursos que emplee para revelarse como ser creador y para socializarse como ser humano.

En el pensamiento crítico no se contempla a la crítica por la crítica, sino al pensamiento certero sobre los objetos, procesos y fenómenos de la realidad, no tanto en la forma como sí en su esencia diversa y en su dinámica. Es un tipo de pensar que marca la personalidad de quien lo porte, tanto en los aspectos psicológicos como cognoscitivos e ideológicos en general.

Alcanzar la unidad entre psicología como ciencia y el pensamiento crítico como método de investigación, es un reto de la comunidad científica comprometida con el desarrollo de la ciencia y de los propios científicos de forma creadora y útil.

Referencias

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Freire, P. (1985). La importancia de leer y el proceso de liberación. Editorial Siglo XXI, México.

Freire, P. (1985). Pedagogía del oprimido. México, Editorial Siglo XXI.

Halpern, D. F. (2014). Thought and knowledge: An introduction to critical thinking. New York: Psychology Press.

Herrera, M. L. C. (2019): El pensamiento crítico en la investigación social. Cuadernos Nacionales, (25), 9-13.

Martí, J. (1885). Los indios en los Estados Unidos. La Nación. Buenos Aires, diciembre 4 de 1885. Nueva York, octubre 25. Obras Completas, tomo 10.

Mitjáns-Martínez, A. (1995). Creatividad, personalidad y educación. Pueblo y Educación.

Robles, P. (2019). La formación del pensamiento crítico: habilidades básicas, características y modelos de aplicación en contextos innovadores. Rehuso, 4(2), 13-24. https://revistas.utm.edu.ec/index.php/Rehuso/article/view/1725)

Sánchez-Dorantes, L. y Aguilar-Castillo, G. (2009). Experiencia educativa: Taller de habilidades de pensamiento crítico y creativo. En: Competencias para el desarrollo de las Habilidades de Pensamiento. Universidad Veracruzana Área de Formación Básica General.

Tamayo A., O. E.; Zona, R.; Loaiza Z., Yasaldez-Eder (2015). El pensamiento crítico en la educación. Algunas categorías centrales en su estudio. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, 11(2), 111-133.

Velázquez-López, A. y Martínez-Rubio, B, N, (2022). Pensamiento crítico: la pedagogía del siglo XXI. Universidad 2022, La Habana, Cuba. https://www.congresouniversidad.cu/event/xiii-taller-internacional-de-pedagogia-de-la-educacion-superior-ped-xiii-taller-internacional-de-pedagogia-de-la-educacion-superior-22/track/pensamiento-critico-la-pedagogia-del-siglo-xxi-1106


  1. Licenciado en Filosofía. Doctor en Ciencias Pedagógicas. Docente investigador del Centro de Estudios Pedagógicos en la Universidad de Las Tunas, Cuba. E-Mail: [email protected] ORCID: https://orcid.org/0000-0003-2897-9452,↩︎