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LO ESTÉTICO COMO CONTENIDO FILOSÓFICO

Lo estético como contenido filosófico para el profesional de Marxismo Leninismo e Historia

Aesthetics as philosophical content for the Marxism-Leninism-History practitioner

Ania Caballero Leyva[1]

Clara de los Ángeles Guzmán Góngora[2]

Yunier Guerra Borrego [3]

Resumen

Con el objetivo de sistematizar elementos teórico-metodológicos necesarios para incorporar lo estético como contenido filosófico en los estudiantes de la carrera Licenciatura en Educación Marxismo Leninismo e Historia, se realiza este trabajo. A partir de fundamentos científicos que se utilizan para comprender la necesidad de lo estético en la preparación de un profesional, se singulariza en la formación del Licenciado en Marxismo Leninismo e Historia. Lo estético como contenido filosófico devenido componente que contribuye a la cosmovisión del estudiante de esta carrera. Le permite además percibir sensaciones, así como al conocimiento, aceptación o cultivo de la esencia inmaterial de sí mismo; a partir de la apreciación estética que realiza el estudiante, evidenciando un determinado sentido de la realidad.

Palabras claves: estético, contenido, valor.  

Abstract

With the aim of systematizing theoretical-methodological elements necessary to incorporate the aesthetic as philosophical content in the students of the Bachelor's Degree in Education Marxism Leninism and History, this work is carried out. From scientific foundations that are used to understand the necessity of this slope in the formation of a professional that is singularized in its formation. Aesthetics as a philosophical content that has become a component that contributes to the cosmovision of the student of this career. It also allows him to perceive sensations, as well as the knowledge, acceptance or cultivation of the immaterial essence of oneself; from the aesthetic appreciation made by the student evidencing a certain sense of reality.

Keywords: aesthetic, content, value

Introducción

En el contexto actual, la propaganda comercial y la publicidad, promovida por los centros de poder, se apoya en el atractivo formal que ofrece el manejo del sensacionalismo, el uso intencionado de clichés simplificados y el abuso del sentimentalismo en su versión patriotera, mostrando probada efectividad. Lo que apunta que, desde la estatización social, existe un “desbordamiento de lo bello”, que es estandarizado y aligerado por los filtros de la industria cultural y del consumo, según Peralta et al. (2019). Fenómeno que ubica lo bonito, para masificarlo y distribuirlo, de manera que pierda toda la supuesta altura y dignidad de que fuera objeto en la tradición.

La formación de profesionales en Educación de Marxismo Leninismo e Historia, no está exenta de tales influencias, de modo que se impone la necesidad de enaltecer lo estético como contenido filosófico, para contribuir al despliegue de sus posibilidades en las múltiples formas en las que pueden apreciar la realidad, para transformarla.

Lo estético en la apropiación del contenido filosófico por el estudiante de la carrera Licenciatura en Educación Marxismo Leninismo e Historia desempeña un rol significativo en la medida que se convierte en un elemento que contribuye a la cosmovisión del mundo. No se trata de imponer gustos, ideologías ni arquetipos, sino, de situar al estudiante en condiciones de descubrir por sí mismo este universo, de facilitarle la posibilidad de crear, de leer los distintos tipos de lenguajes y desarrollar sus potencialidades creativas desde el proceso de enseñanza aprendizaje con arreglo a las leyes de la belleza.

En el Modelo del Profesional, de la carrera queda explícita la necesidad de formar un egresado con una formación humanista, que supone tener en el método dialéctico-materialista, un enfoque cultural y personológico y el cultivo de la sensibilidad y la espiritualidad, como una vía fundamental en su nexo con el conocimiento científico. (Ministerio de Educación Superior [MES], 2020), Lo estético, entre otros elementos, contribuye al cumplimiento de este fin, al favorecer la percepción de lo sensible como uno de los métodos humanos de apropiación del conocimiento.

Este artículo tiene como objetivo sistematizar elementos teórico-metodológicos necesarios para incorporar lo estético como contenido filosófico en los estudiantes de la carrera Licenciatura en Educación Marxismo Leninismo e Historia.

Desarrollo

Para desentrañar la esencia de lo estético, hay que partir de que es un término que hereda su numen semántico de otro de origen griego: aisthesis, que significa la cosa o fenómeno que tiene relación con la percepción sensible. Lo estético es la categoría inicial de la Estética, que como ciencia en su objeto de estudio, al decir de Estévez (2014), rebasa lo meramente bello en sus fenómenos, por universal que este parezca, para llegar a todo objeto o fenómeno implicados en una percepción sensible, aquello que conocemos a través de nuestros sentidos.

Por tanto, su dominio abarca aspectos de la realidad que no tienen necesariamente una connotación bella implícita. Como refiere Michaud (2022), al definirlo como experiencia estética en general, y no tomar en consideración sólo el arte respecto a su existencia y a sus modos de operación sobre la sensibilidad, sino también la experiencia estética en general; lo que le lleva a la consideración de formas de la sensibilidad no necesariamente vinculadas al arte.

No siempre fue vista como tal y aún persisten contradicciones. En los inicios las reflexiones más importantes se hayan en las doctrinas dejadas por los filósofos de período clásico, desde Pitágoras (569-475 a.n.e) hasta Plotino (205-270 n.e). Más tarde, hacia el siglo XVIII, se destaca el desempeño de figuras como Bacon (1561-1626), Descartes (1596-1650) y Diderot (1713-1784), quienes, sin proponérselo siquiera, impulsaron el nacimiento de la Estética. Fue el filósofo alemán Alexander Baungarten (1714-1762) quien sentara las pautas para el avance de esta ciencia a planos superiores. Uno de esos planos fue la estética kantiana, que significó un desarrollo del pensamiento estético al acercarse a la relación entre lo objetivo y lo subjetivo de los juicios estéticos.

En ese devenir histórico, Schiller (1759-1805), continuador de la obra de Kant (1724-1804), nos legó una estética plagada de conflictos devenidos motivación para los pensadores posteriores. En ella se destaca, por primera vez, la teoría acerca de la educación estética del hombre, inspiradora de teóricos venideros. Sus concepciones dieron paso a la siempre admirable estética hegeliana (1770-1831) y de esta a la marxista. El tratamiento a lo estético, y a lo bello, como categoría de mayor dominio de la ciencia Estética, es una problemática de larga data y constituye punto de partida. Al reflexionar sobre lo bello como expresión vital, se impone aclarar la diferencia entre este concepto y el concepto de belleza.

Estévez (2014; 2017), Sánchez (2008) y Sánchez (1973), coinciden en que, al referirnos a la belleza de un objeto o una cosa, se trata de la aprehensión de las cualidades que valoramos, especialmente, de acuerdo con sus rasgos exteriores, sin llegar a profundizar en su esencia. Lo bello es, sin embargo, una síntesis, de una relación esencial entre elementos de su estructura interna y externa, de sus propiedades. Es por ello que emana de la sensibilidad que tiene el sujeto para percibir la realidad como parte del reflejo que da sentido subjetivo a la misma, lo que le permite la relación con su actividad. Al respecto Estévez (2014), plantea: “La belleza en una apreciación fundamentalmente empírica del objeto, lo bello, por el contrario, es el producto de una reflexión acerca de su belleza; es decir es un constructo” (pp. 3-4).

Fenómenos catalogados habitualmente como feos pueden dar la medida de la diferencia entre lo bello y lo estético. Lo feo se manifiesta como antípoda de lo bello, es por esencia, opuesto a lo bello. Sin embargo, la apreciación de lo feo en un objeto o fenómeno, puede ser la base de un juicio estético. Lo bello es, por tanto, solo una categoría (si bien muy importante) de la Estética. De igual manera lo cómico, lo trágico, lo sublime y lo bajo, junto a otras, también lo son, y participan de la esencia de lo estético. Según Estévez (2017), la relación bello-estético se puede comprender a partir de la idea de que todo fenómeno bello es, por su esencia, estético; pero no todo fenómeno estético, es por su esencia, necesariamente bello.

Al desentrañar la esencia de lo estético, hay consenso en los investigadores Sánchez (1973), Egórov (1978), Kagan (1984), Novikova (1986), Valverde (1989), Bozal (1997). En primer orden su carácter humano, si el hombre hace emerger lo estético de las cosas mismas, en una actividad práctica material, imprimiendo a lo natural determinada forma con el fin de expresar un contenido espiritual humano, lo bello no puede existir al margen del hombre, lo bello natural solo existe en una naturaleza humanizada. La belleza no es atributo de un ser universal, se da por el hombre tanto en los objetos como en los seres de la naturaleza.

En segundo orden, lo estético solo se da en la dialéctica del sujeto y del objeto y, por tanto, no puede ser deducido de las propiedades de la conciencia humana, de cierta estructura de ella, de la psiquis, o de determinada constitución biológica del sujeto. La conciencia estética, el sentido estético, no es algo dado, innato o biológico, sino que surge histórica socialmente, sobre la base de la actividad práctico material.

Y finalmente, el objeto de por sí, y por tanto sus elementos formales, si no se humaniza, es decir, si no se carga de un contenido espiritual, no asciende hasta lo bello. La naturaleza de por sí al margen de toda humanización, queda también al margen de lo estético. La naturaleza no necesita ser bella, es el hombre quien necesita de su belleza para objetivarse, para reconocerse a sí mismo en ella.

Se transgreden los límites cuando se quiere ver la realidad estética en la realidad natural física, que la soporta, sin la cual no puede existir, pero la realidad física de por sí necesita ser superada, transformada, humanizada para que tenga un valor estético. Este valor lo tiene cuando deja de ser una realidad en sí para convertirse en un mundo de significaciones humanas. Lo estético como categoría inicial de la Estética, no puede ser determinada dentro del sistema de las concepciones de dicha ciencia. Su definición necesita de un principio aclaratorio, como expresara la esteta Novikova (1986):

Cualquier objeto, cualquier fenómeno comienza a manifestar algún significado estético solamente y en la medida en que este objeto o fenómeno, en la práctica histórico-social, “se llena” de contenido que expresa las relaciones sociales humanas reveladas en la forma concreto-sensible de este objeto o fenómeno. (p. 72)

Así lo estético como contenido expresa las relaciones sociales humanas que se establecen en la forma concreto-sensible de un objeto o fenómeno para el sujeto. Cualquier objeto o fenómeno manifiesta algún significado en la medida en que este en la práctica histórico-social, alcanza valor estético para el sujeto, así como los sentimientos, las emociones que afloran en las relaciones con el objeto.

Desde una concepción filosófica marxista, se asume que los valores estéticos son virtudes que sobresalen de una persona, animal, obra de arte, moda, objeto, paisaje, evento, entre otros, y que generan reacciones o apreciaciones positivas o negativas son, en esencia, expresiones de la actividad estética que se forman en una sociedad.

El Diccionario Filosófico (1965, como se citó en Fajardo, 2002) explica que valor estético es:

Capacidad del hombre –formada por la práctica social– de valorar emocionalmente las diversas propiedades estéticas, ante todo, de diferenciar lo bello y lo feo. Cuando se aprecian las obras de arte, el gusto estético se denomina gusto artístico. Un buen gusto estético significa la capacidad de admirar lo auténticamente bello, la necesidad de asimilar y crear lo bello en el trabajo, la vida cotidiana, la conducta y el arte. (p. 207)

Esta definición deja la marcada interconexión entre el valor estético y el gusto estético, es imposible para el hombre realizar alguna valoración sin antes haber formado esa capacidad de apreciar, asimilar y crear lo bello en estrecha unidad con las emociones y sentimientos que se evidencian en la relación del sujeto con la realidad.

Los valores son constituyentes del núcleo regulador y orientador de la personalidad, en una realidad histórico-concreta dada. De ahí que se considere que el contenido del sistema de valores es una expresión específica de las condiciones económico-sociales y clasistas de una época histórico-concreta, en su dialéctica con el contenido humano universal que estos encierran, donde lo estético ocupa un papel importante como categoría inicial de la Estética.

La Estética precisa la relación que existe entre lo subjetivo y lo objetivo de lo estético, que se concreta en la actividad estética. Las relaciones estéticas que deben ser explicadas a partir del intercambio de efectos de sensibilidad entre sujetos; se materializan en formas apreciables desde la socialización, en mensajes formales, generalmente espontáneos, que funcionan en la vida cotidiana sin que haya plena conciencia de ello. Al hablar, desplazarnos, vestirnos, gesticular, se emiten mensajes que son captados por los que nos rodean; en la misma medida, somos capaces de sentir a los demás y a todo el entorno natural y social circundante.

El carácter objetivo de lo estético está dado por la internalización de lo objetivamente sensible en los aspectos de las relaciones sociales de la vida, sin excluir el dominio de las fuerzas y fenómenos  de la naturaleza, los que sin duda favorecen o no el desenvolvimiento armónico del individuo, su libre actividad creadora dirigida a la producción de lo bello, a la realización de lo elevado y heroico, el orden y el equilibrio, a la lucha contra lo feo y lo bajo, contra la indefinición y la vaguedad, la simplicidad y el rebuscamiento.

En tanto se revela lo subjetivo en la satisfacción personal que experimenta el individuo al poder expresar libremente sus aptitudes y capacidad de crear, que puede comunicar en mensajes formalizados que circulan en las relaciones estéticas resultado de la conjugación de factores inherentes a la individualidad del sujeto y sus características socio-culturales, insertos en un canal comunicativo a fin y apegados a convenciones comunes. Esto quiere decir que esos mensajes no son forma pura, aunque precisan de una dimensión formal para ser apreciados por el otro, en una relación necesaria.

En estos elementos subyace el contenido de lo estético. Sí se advierte contenido como categoría filosófica que designa, según lo expresado por Cardentey (2016): “la unidad de todos los elementos integrantes del objeto, de sus propiedades, procesos, nexos, contradicciones y tendencias internas” (p.53).

El contenido estético expresa una relación de la representación del objeto por el sujeto. En su Crítica del juicio, Kant (1988, como se citó en Sánchez, 2008), destaca el aspecto relacional de todo acto estético y señala:

… hablará, por eso, de lo bello, como si la belleza fuese una cualidad del objeto, y el juicio lógico como si contribuyese este, a través de conceptos de objeto, un conocimiento del mismo, si bien es estético y contiene simplemente una relación de la representación del objeto por el sujeto. (p. 8)

Los predicados del contenido estético no son predicados de objetos, sino relacionales que vinculan el objeto con el sujeto a través de la sensopercepción, este proceso está vinculado a la cosmovisión del sujeto a partir de su experiencia, en la que se enfatiza su condición axiológica.

Esta naturaleza valorativa sugiere que sea entendida, no como atributos del algún objeto, ni tampoco son condición apriorística del sujeto, implican una relación de significación. En un proceso de significación simbólico emocional que da sentido subjetivo al objeto para el sujeto.  El grado de complejidad que se alcanza en la internalización y externalización del contenido estético responde a la significación de este en correspondencia con el sentido subjetivo que alcanza el sujeto, en la producción simbólica emocional como expresión del contexto en que la persona está implicada, es la forma en que una persona vive subjetivamente su experiencia.

Así lo estético como contenido se constituye en el sistema de conocimientos, habilidades y valores, devenidos de la estética como ciencia, que explica la relación estética del hombre con el mundo desde un enfoque filosófico; no es la ponderación de elementos cognitivos sobre los afectivos o viceversa, es el justo equilibrio entre los conocimientos, las emociones y los sentimientos con el contexto en el cual interactúa el estudiante. Está dado entre lo interpsicológico, expresión de las relaciones sociales e intrapsicológico, como actividad individual donde siente la relación con el objeto.

De otra parte, en la actividad es donde se gesta la socialización e individualización como proceso de interacción del sujeto, donde aprende y forma relaciones con el mundo en busca de equilibrio entre lo interno con lo externo. En el acto de aprender y ser enseñado el sujeto es influido por agentes y agencias que contribuyen con el proceso formativo. Es distintivo que, aunque el proceso de enseñanza-aprendizaje es objeto de la didáctica, es formativo. En él se produce un ambiente sociocultural que forma parte de la formación del profesional en la universidad, con el objetivo de lograr una formación integral.

De este modo, además de la instrucción en contenidos propios de una asignatura dada, se desarrolla paralelamente labor educativa encaminada a lograr que cada estudiante incorpore una forma de pensar, sentir y actuar en equilibrio, armonía y orden con el mundo, que garantice una futura actividad profesional con alta formación humanista.

Para el profesional de la carrera Licenciatura en Educación Marxismo Leninismo e Historia esta cuestión reviste una mirada diferente. La aprehensión de lo estético, como contenido, reafirma exigencias que como profesional le son únicas, por su encargo social. Ello exige la preparación de un profesional a partir del desarrollo de una formación humanista, que supone tener en cuenta una metodología dialéctico-materialista en los análisis a efectuar, un enfoque cultural y personológico y el cultivo de la sensibilidad y la espiritualidad, como una vía fundamental que en su nexo con el conocimiento científico ayude a su concreción desde una sólida plataforma cultural.

Lo que se sustentan en el enfoque cultural-axiológico e identitario que se expresa en la comprensión de la cultura como creación humana, fundamento de los valores y particularmente, de la cultura cubana en su carácter integral como sustento de la educación en valores en la sociedad cubana actual. Es por ello que consideramos que la formación del graduado de la carrera de Marxismo Leninismo e Historia se deriva de la especificidad de su objeto de estudio y la condición de este fundamento teórico- metodológico de la Ideología de la Revolución Cubana.

Para asumir la dirección del trabajo que le corresponde y que trasciende las asignaturas, porque supone la formación de las nuevas generaciones en la continuidad del proceso socialista cubano desde sus fundamentos. La comprensión de los valores como expresión de la cultura y componentes de la ideología.  La cultura cubana y la Ideología de la Revolución Cubana como fundamento de los valores a educar. La comprensión de la identidad como un proceso de construcción permanente y de la identidad del cubano como proceso en continuo enriquecimiento, devenido fundamento de los valores de la identidad a formar en las nuevas generaciones.

Por ello constituyen soportes indispensables en el proceso de enseñanza aprendizaje agentes como el colectivo pedagógico, los tutores de la práctica laboral, los compañeros de estudio y la familia. En las agencias que intervienen la universidad, ocupa un papel importante, además de las unidades docentes y las entidades laborales de base, así como la comunidad. Sin minimizar el rol de las instituciones culturales (museos, casas de cultura, las redes sociales, la televisión, la radio, entre otros). En todos estos casos se advierten como condicionantes sociales en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Lo estético como contenido filosófico para el futuro egresado de la carrera Licenciatura en Educación, Marxismo Leninismo e Historia está dado en las relaciones que establece en su medio, evidenciando una sensibilidad hacia los contenidos de su profesión, que alcanza valor estético en el proceso de enseñanza aprendizaje, con énfasis en la planificación de los objetivos, los contenidos, la metodología, así como la evaluación en una dinámica que favorece la apropiación de referentes culturales amplios y el desarrollo de un modo de actuación interdisciplinar desde una posición abierta al diálogo de saberes.

Conclusiones

Asumir la validez de lo estético como contenido filosófico para la formación del profesional de la carrera Licenciatura en Educación Marxismo Leninismo e Historia, es una exigencia para contribuir a la cosmovisión de este estudiante. Su formación se singulariza en la medida que este es un profesional que está apercibido del instrumental teórico-metodológico necesario para realizar valoraciones estéticas que le proporcionan determinado grado de relación para transformar la realidad.

Dar tratamiento a lo estético como contenido filosófico contribuye a propiciar una concepción dialógica, de producción de ideas y experiencias sociales basadas en la esencialidad de los contenidos desde la necesaria relación entre autoaprendizaje e interaprendizaje, en el carácter de sistema  del trabajo con fuentes diversas y el vínculo entre lo cognitivo y lo afectivo, que entrene al estudiante para el despliegue exitoso de la comunicación, en función del desarrollo del modo de actuación profesional.

Referencias

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Estévez, P. R. (2014). La alternativa estética en la educación. Pueblo y Educación.

Estévez, P. R.  (2017). El perfeccionamiento de la educación estética. Ediciones Capiro.

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Kagan, M. (1984). Lecciones de Estética Marxista Leninista. Arte y Literatura.

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Novikova, L. I. (1986). Estética y Técnica. Arte y Literatura.

Peralta, Y., Páez, B., Carbonell, L.C. (2019). Modelo didáctico para la formación estética del estudiante de Marxismo-leninismo e Historia. Revista Mendive, 17(2), p193-203.

Sánchez, A. (1973). Las ideas estéticas de Marx. Instituto Cubano del Libro.

Sánchez, M. (2008). Estética Enfoques actuales. Félix Varela.

Valverde, J. (2011). Breve Historia y Antología de la Estética. Ediciones Ariel.

 

Ania Caballero Leyva, Clara de los Ángeles Guzmán Góngora, Yunier Guerra Borrego  


[1] Licenciado en Educación, Marxismo Leninismo e Historia. Máster en Educación. Profesor Auxiliar. Departamento-Carrera Marxismo Leninismo e Historia de la Universidad de Las Tunas. Cuba. E-mail: anniacl@ult.edu.cu ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4844-0745

[2]Licenciado en Filosofía. Doctor en Ciencias Pedagógicas. Profesor Titular. Dirección de Marxismo e Historia de la Universidad de Las Tunas. Cuba. E-mail: guzman@ult.edu.cu ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3871-5111

[3]Licenciado en Educación, especialidad Pedagogía Psicología. Máster en Ciencias de la Educación. Profesor Asistente. Departamento de Pedagogía Psicología de la Universidad de Las Tunas. Cuba. E-mail: yguerra@ult.edu.cu ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4364-0281