Etimología versus tradición: ¿cómo nombrar las disciplinas educacionales?

Etymology versus tradition: how should educational disciplines be named?

Ángel Manuel Tundidor Bermúdez[1]

Resumen

Las disciplinas educacionales, atendiendo a la edad de los educandos, han recibido diversos nombres, ya sea según su etimología o la tradición; este es un aspecto desconocido para muchos, incluidos algunos profesionales que se desempeñan en el terreno de la pedagogía. En el presente artículo se hace una exposición detallada de ello, conjuntamente con lo referido al origen y evolución de los nombres. Ante tal discrepancia, se llevó a cabo una revisión bibliográfica en la que se consultaron diversas fuentes, entre ellas, los pronunciamientos de la Unesco al respecto. Se llega a la conclusión que de las diferentes disciplinas educacionales han sido denominadas atendiendo ya sea a su etimología o a su empleo tradicional. Este estudio se propone exponer el origen de esta controversia, con un énfasis marcado en los pronunciamientos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) por la importancia y la relevancia que encierra al respecto la adopción de términos comunes para designar las disciplinas educacionales por la humanidad.

Palabras clave: Pedagogía, Andragogía, Antropagogía, Hebegogía, Gerontagogía

Abstract

Educational disciplines, according to the age of the learners, have received different names, either according to their etymology or tradition; this is an aspect unknown to many, including some professionals working in the field of pedagogy. This article provides a detailed account of this, together with the origin and evolution of the names. In view of this discrepancy, a bibliographic review was carried out in which various sources were consulted, including Unesco's pronouncements on the subject. The conclusion was reached that the different educational disciplines have been named according to either their etymology or their traditional use. This study aims to expose the origin of this controversy, with a marked emphasis on the pronouncements of the United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (Unesco) because of the importance and relevance of the adoption of common terms to designate educational disciplines by mankind.

Keywords: Pedagogy, Andragogy, Anthropagogy, Hebagogy, Gerontagogy

Introducción

Cuando miramos a nuestro alrededor, hoy en día todo es pedagógico. Hasta en los anuncios se utiliza la palabra pedagogía sin sentido ni “pedagogía”, curiosamente se ha convertido en una moda para muchos. La humanidad toda habla de sus maravillas. Pero, ¿qué es pedagogía popularmente? Es una ciencia social que estudia el fenómeno educativo. Una ciencia que se nutre de tantas áreas importantes como filosofía, sociología, antropología, biología, medicina, entre otras. La palabra pedagogía no es sinónimo de educación, aunque algunos diccionarios digan que sí.

En la actualidad, hay infinidad de criterios y escritos sobre ella, este es uno más de ellos y de los que defiende que pedagogía no es igual educación. Al contrario de la pedagogía, la educación siempre ha existido. Los pueblos más primitivos no tenían ni maestros ni escuelas ni curriculum, pero aprendían. La pedagogía es la educación pensada y haciendo usos de herramientas para a través de la última lograr los mejores resultados en el aprendizaje desde las más tempranas edades y el tipo de aprendizaje y de alumno definirá el logro de la aspiración; ello condicionará el tipo de pedagogía a aplicar y concretarse. Existen varios tipos de pedagogía, que diremos que son ramas, que van más allá y tienen defensores, estudiosos y fundamentalmente, importancia y respeto.

La revisión de numerosas publicaciones, libros, investigaciones, artículos y trabajos de diferentes temáticas y estilos, con un denominador común ligado a la preocupación y ocupación pedagógica, de la cual podemos destacar el vasto tratamiento en las perspectivas y el modo profundo desde el saber y la inquietud por responder a las preguntas del hombre de nuestro tiempo, en la que encontramos una magnífica estructura en la que se nos ofrece el origen de las palabras del español más significativas para una teoría de la educación, aprendizaje, enseñanza, educación, maestro, valor, entre muchos otros términos relacionantes, fueron los cimientos de este estudio para que saliera a la luz el escrito.

En esta misma dirección y sentido, esencial para la comunicación humana y la pedagogía, resulta relevante el interés por la palabra, que se manifiesta antropológico, cultural, y por ende, lingüístico, se aborda una estructura en la que se ofrece el origen de  palabras referidas a la pedagogía y la educación en español, que a la vez son significativas para teorías de la educación, el aprendizaje y la enseñanza, relacionas con el maestro, los valores, la formación, el desarrollo y la concienciación en diferentes momentos y etapas de la vida.

Además del origen, como atiende la etimología, estamos ante la historia de las mismas, su evolución y, a veces, las anécdotas, que no son necesariamente y eminentemente pedagógicos, pero interesante para estudiantes y docentes universitarios, que tendrán que lidiar con la enseñanza, el aprendizaje y el proceso en sí. Por lo que constituye una buena ayuda para elevar el nivel académico desde el conocimiento, las relaciones contextuales y la enseñanza con el ejemplo.

Desarrollo

La tradición continúa llamando ortopedia [orthos = derecho, paidos = niño] a una especialidad médica que, desde hace mucho tiempo, dejó de tener como único objetivo la consecución de niños derechos. De igual modo, la pedagogía [paidos = niño, agogos = conducir], con el tiempo, pasó de ser la tarea de los esclavos encargados de conducir los niños a la escuela en la antigua Grecia, a convertirse en la ciencia y el arte de la educación. ¿De quién? De todo integrante de la especie humana.

Con este u otro significado análogo, aparece el término en los diccionarios de todas las lenguas modernas. Sin embargo, los estudiosos preocupados por la exacta correspondencia entre el nombre y su etimología, reservan su empleo para la educación infantil y han acuñado un nuevo término, antropogogía o mejor antropagogía [anthropos = hombre (especie)] para referirse al conjunto de las disciplinas educacionales, con independencia de la edad de los educandos. Ejemplos de ello los encontramos en la escuela húngara posterior a la Segunda Guerra Mundial (Savićević, 1981), en el educador venezolano Adam (1977) y en el académico estadounidense Benne (1995).

Otro tanto ha sucedido con el vocablo andragogía [andros = hombre (varón)]. Este neologismo fue creado por el maestro alemán Alexander Kapp (1799–1869) y aparece en su libro “La teoría educacional de Platón como una pedagogía para el individuo y el estado, o su filosofía práctica” (Kapp, 1833). La obra intenta describir la práctica educativa que Platón ejerció al instruir a los pupilos de su Akadēmeia (Academia), que eran jóvenes y adultos, pero todos varones. Debe subrayarse el hecho de que, según se refleja en su título, Kapp consideraba la andragogía como un tipo de pedagogía.

                                        

Hubo un primer documento que empleó el término Andragogía: Kapp (1833). Platon's Erziehungslehre, als Pädagogik für die Einzelnen und als Staatspädagogik, oder dessen praktische Philosophie. Sin embargo, El término no volvió a ser empleado hasta que el también alemán Eugen Rosenstock (luego apellidado Rosenstock-Huessy) [1888–1973] publica su ensayo “Andragogík” (Rosenstock, 1924a; 1924b).

Rosenstock, decepcionado de las instituciones educacionales para adultos en la Alemania de la época, incluidas la universidad y la iglesia, había fundado en 1921 en Frankfurt del Meno la Akademie der Arbeit (Academia del Trabajo) para la educación de obreros, obviamente del sexo masculino. En esta Academia su creador aplicó, durante sus dos años de existencia, una nueva filosofía sobre la educación de adultos, a la que finalmente asignó, con absoluta corrección etimológica, el nombre empleado por Kapp cerca de cien años antes (Feringer, 1997).

El objetivo fundamental del ensayo era diferenciar, tanto conceptual como etimológicamente, la educación de adultos de la educación de niños y jóvenes, así como promover la necesidad de una disciplina nueva e independiente (Fiering, 2011). Dos años después, el educador estadounidense Eduard Christian Lindeman (1885-1953) se refirió a la publicación de Rosenstock en un artículo de un solo párrafo, considerado el debut del vocablo andragogía en la literatura académica norteamericana (Loeng, 2018). Lindeman (1926) calificó la andragogía de Rosenstock como el verdadero método por el cual los adultos se mantienen inteligentes en cuanto al mundo moderno. Al año siguiente, en su libro “Educación mediante la experiencia”, habría de incluir una sección titulada “Andragogía” (Anderson y Lindeman, 1927). Eduard Lindeman no desarrolló una teoría independiente, sino que aplicó el concepto solo como referencia al trabajo de Rosenstock (Loeng, 2018).

Tras la Segunda Guerra Mundial, varios países socialistas europeos, tales como Hungría, Polonia y Yugoslavia, adoptaron el término (Savićević, 1981). En la década de 1950 existían publicaciones sobre esta disciplina en Suiza, Alemania, Holanda y Yugoslavia (Reischmann, 2004). El suizo Heinrich Hanselmann (1951) publicó su libro “Andragogik: Wesen, Möglichkeiten, Grenzen der Erwachsenenbildung”; y el alemán Franz Pöggeler (1957), su “Introducción a la Andragogía. Puntos básicos en la educación de adultos”. Paralelamente, el significado del vocablo se fue extendiendo a toda la educación de adultos, con independencia de su sexo, en franca discordancia con sus raíces etimológicas, al mismo tiempo que la voz pedagogía se reservaba para la educación de los niños, en apego a su etimología.

Uno de los protagonistas de esta paradoja lo fue Dušan Savićević [1926-2015], profesor de la Universidad de Belgrado. En las universidades yugoslavas la andragogía se desarrolló inicialmente a partir de la pedagogía. Este enfoque consideraba la andragogía como una disciplina científica no independiente. Savićević (1999) no compartía este punto de vista. Sus aportes a la disciplina lograron hacer prevalecer sus criterios en toda Yugoslavia (Babic, 1985; Loeng, 2018).

En el verano de 1966, Savićević asistió a un curso impartido en la Universidad de Boston por Malcolm Shepherd Knowles (1913-1997), Profesor Consultante de Educación de Adultos. Savićević le refirió a Knowles, que había identificado su modelo educacional con los principios de la más pura andragogía, tal como se concebía en los países europeos. Knowles no recordaba haber leído o escuchado antes el término, pero decidió adoptarlo para darle nombre a su modelo. Lo hizo, pues, de la manera que creyó oírlo del propio Savićević: Androgogy (Androgogía) (Loeng, 2018).

Más adelante en el tiempo, aparece la teoría de Knowles (1968), con actualizaciones recientes en https://es.wikipedia.org, se establecen con la teoría seis supuestos relacionados con la motivación en el aprendizaje de adultos: la necesidad de saber. Los adultos necesitan conocer la razón por la que se aprende algo; el autoconcepto del individuo, que declara que el adulto necesita ser responsable por sus decisiones en términos de educación, e involucrarse en la planeación y evaluación de su instrucción; la experiencia previa, en la que se incluye el error, que a la vez provee la base para desarrollar las actividades de aprendizaje.

La prontitud en aprender, es otro elemento que se revela en esta teoría y está ligado al interés del adulto en temas de aprendizaje que tienen relevancia inmediata con sus trabajos o con su vida personal. También la orientación para el aprendizaje, en el que el aprendizaje de los adultos está centrado en la problemática de la situación, más que en los contenidos y finalmente la motivación para aprender, en la que los adultos responden mejor a motivadores internos que a motivadores externos.

Los apoyos de la Andragogía en las actividades del ser humano son numerosos. Hay autores que la mencionan como una estrategia a considerar en el proceso de enseñanza universitaria y en los procesos de capacitación en las empresas, debido a su particularidad de primero entender las necesidades de los participantes en un proceso de enseñanza-aprendizaje y luego tomarlas en cuenta al momento de diseñar los contenidos y las estrategias de interacción maestro-estudiante-contenidos.

En ocasión de recibir el Premio Delbert Clark 1967 del West Georgia College, Knowles tituló su disertación “Androgogía, ¡no Pedagogía!”, la que fue publicada al año siguiente (Knowles, 1968). definió al andragogo como el guía, el facilitador que planifica, administra y dirige desde las estrategias metodológicas que utiliza para la enseñanza, el aprendizaje y el autoaprendizaje. Al ser tanto el facilitador como el participante, las personas adultas comparten experiencias. De este modo dio su espaldarazo al término y contribuyó decisivamente, con esta y otras publicaciones que le siguieron, ya corregido el error ortográfico, a su globalización y al uso restringido del vocablo pedagogía.

A partir de entonces, la andragogía como disciplina se ha propagado principalmente por Europa y Latinoamérica, en correspondencia con un desarrollo de la teoría y la práctica de la educación de adultos similar al de los Estados Unidos. Consecuentemente, han visto la luz nuevas instituciones académicas y profesionales con sus correspondientes programas de estudio y publicaciones especializadas.

Pero, así como ha sido aceptado por muchos su nombre referido a educandos de ambos sexos, lo que va más allá de su etimología, también han surgido criterios en contra. Popie Marinou Mohring (1989), de la Universidad de Minnesota, propuso su reemplazo por el vocablo correcto teleiagogy (teleiagogía) [teleios = adulto], que hasta el presente no ha tenido una aceptación general.

Otros neologismos han surgido a fin de denominar nuevas disciplinas educacionales desgajadas de las anteriores (Rodríguez, 2008):

Hebegogía (o mejor hebagogía) [Hebe = diosa de la juventud] designa la educación del adolescente”.

“Gerontogogía (o mejor gerontagogía) [geront = viejo] da nombre a la educación del adulto mayor”. (Rodríguez 2008)

Siguiendo estrictamente criterios ya sean etimológicos o tradicionales, pueden construirse dos clasificaciones de las disciplinas educacionales según la edad de los educandos (Tabla 1).

Tabla 1

Denominación de las disciplinas educacionales. Según edad de los educandos y etimología o tradición

Según etimología

Según tradición

Ciencia

Antropagogía

Pedagogía

Disciplinas

Pedagogía

Pedagogía infantil

Hebagogía

Pedagogía del adolescente

Teleiagogía

Pedagogía del adulto (Andragogía)

Gerontagogía

Pedagogía del adulto mayor

Fuente: Elaboración propia

Ante tal desacuerdo, se impone recurrir a un árbitro; en este caso, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) (Tabla 2).

Tabla 2

Pronunciamientos sobre Pedagogía y Andragogía en la Educación de Adultos (UNESCO 1985-2015)

Ciudad y año

Evento

Pronunciamiento

París, 1985

Cuarta Conferencia Internacional sobre la Educación de Adultos

Reconocimiento de la andragogía como disciplina

Hamburgo, 1997

Quinta Conferencia Internacional sobre la Educación de Adultos

Recomendación de promover “una pedagogía participativa”, crear “un ambiente pedagógico” e implementar “técnicas pedagógicas adecuadas”

La Habana, 2005

Congreso “Pedagogía 2005”

Curso sobre “Retos de la pedagogía de adultos en el mundo contemporáneo”

Moscú, 2007

Creación de una Cátedra Unesco de Psicología y Pedagogía de la Educación Superior.

Ratificación de la Educación Superior dentro del campo de la pedagogía

Jakarta, 2012

Taller de la Unesco sobre Pedagogía del Aprendizaje de Adultos

Ratificación de la Educación de Adultos dentro del campo de la pedagogía

París, 2015

38a Reunión de la Conferencia General de la Unesco

Recomendación sobre el aprendizaje y la educación de adultos: “adoptar una pedagogía centrada en los educandos”

Fuente: Elaboración propia

Conclusiones

Los pronunciamientos de la Unesco, apegados a la tradición, mantienen la educación de adultos dentro del campo de la Pedagogía y consideran a la Andragogía como una disciplina pedagógica encargada de esta educación. Los nuevos nombres de las restantes disciplinas educacionales mencionadas, aunque etimológicamente correctos, no cuentan con un respaldo oficial aún.

Referencias

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Hanselmann, H. (1951). Andragogik: Wesen, Möglichkeiten, Grenzen der Erwachsenenbildung. Zürich: Rotapfel Verlag.

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[1] Doctor en Medicina, Especialista de Segundo Grado en Urología, Profesor Asistente, Universidad de Ciencias Médicas de Las Tunas, Las Tunas, Cuba. E-mail: tundidor@ltu.sld.cu, ORCID: http://orcid.org/0000-0002-8829-3383.