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LA PROBLEMÁTICA ECOLÓGICA Y EL PROFESIONAL DE LA EDUCACIÓN

La problemática ecológica y el profesional de la educación desde una visión ética y bioética del mundo contemporáneo

The ecological problem and the education professional from an ethical and bioethical vision of the contemporary world

 Odalis González Hernández[1]

Gretchen Ramil Vazquez[2]

Resumen

El presente artículo aborda la problemática ecológica como uno de los problemas globales del mundo contemporáneo y las posibles soluciones de contenido ético y bioético que puede proporcionarle el profesional de la educación, a partir de los programas y planes de estudio, con una dedicada auto-preparación con enfoque interdisciplinario, incluyendo contenidos y valores para la formación de las futuras generaciones.

Palabras clave: problemas globales, ética, bioética, valores, enfoque interdisciplinario

Abstract

The present article deals with the ecological problematic as one of the global problems in the contemporary world and the possible solutions of the bioethical and ethical content that can proportion to the teachers, take into account the syllabus and the study plan, with a dedicated self-preparation in an interdisciplinary approach, including contents on human virtues for the formation of the future generations. 

Keywords: global problems, ethical, bioethical, human virtues, interdisciplinary approach

Introducción

El enfrentamiento al cambio climático, que demanda el mundo de hoy, no es visto de igual manera por todos los países del planeta. Se manifiesta un desequilibrio entre las naciones bastante alarmante, que afirma los nuevos y enormes retos en los que la humanidad se ve envuelta para lograr su supervivencia, preocupa la irresponsabilidad de muchas naciones para ponerle freno a los grandes problemas globales, que se convierten, cada vez más, en inevitables.

La pérdida de los valores humanos se convierte, casi, en la principal guía de orientación hacia por donde el hombre va a conducir sus pasos y hacia dónde dirigir su actuación, sobre todo en estos momentos de predominio de la prepotencia imperial, que impide las soluciones éticas a los problemas, provocando efectos desideologizados. En el plano de las ideas se libra una dura batalla para contrarrestar las influencias de la globalización neoliberal y sus teorías reaccionarias que desvirtúan la esencia de la formación moral del individuo en su cultura e identidad.

La globalización mundial, denominada neoliberal, como consecuencia del avance de las fuerzas productivas que la ciencia y la tecnología han hecho posibles, lo cual ha conducido hacia la polarización de la riqueza y el poder, en la que los ricos acentúan sus riquezas y los pobres sus calamidades y desamparo. El vertiginoso avance científico técnico por un lado y el deterioro de los valores morales por otro, condicionan que, cada vez más, aumenten las divergencias económico sociales existentes en el presente milenio.

Según Hart (2001), sólo un sentido ético y cultural de validez universal nos permitirá entender la profundidad del drama económico y social que tenemos delante, encontrar caminos de soluciones y enfrentar un esfuerzo sistemático por vencer los gigantescos abismos que hoy existen entre la riqueza y la pobreza. Debe considerarse que fenómenos como la globalización, la economía, la relación de la humanidad con el entorno natural sólo se entienden cuando se ponen en relación con las actuales condiciones del proceso tecnocientífico y los marcos de poderes, intereses y valores en los que se desarrolla.

Las sociedades se vuelven, cada vez más competitivas, carentes de presupuestos éticos. Cuba, no permanece ajena a estas influencias, a pesar de concebir una formación basada en la igualdad y la equidad a partir del sistema social existente. De manera que la sociedad cubana necesita renovar el encargo social de la educación; una idea expuesta por Martí (1975), en la que asevera que, a vivir viene el hombre, la educación ha de prepararlo para la vida, porque es en la escuela donde se ha de aprender el manejo de las fuerzas con que en la vida se ha de luchar.

Las mejores tradiciones educativas cubanas se sintetizan brillantemente en el pensamiento pedagógico de José Martí y sirven de sustento al sistema educacional cubano. Entre sus objetivos prima aquel referido a la educación moral que propone la firmeza de los principios éticos del socialismo, conciencia de los deberes sociales, honradez, sinceridad, desinterés y modestia. Además, permite crear el espíritu de colaboración y responsabilidad en las actividades de la vida social. El propósito es formar al educando en estrecho vínculo con la educación científico técnica, política e ideológica, física, estética, politécnica laboral, en las que el profesor constituye un pilar importante para implementar esta intención.

La escuela cubana y su magisterio asumen el reto que significa lograr la formación integral de las nuevas generaciones acorde a las exigencias de la sociedad, en tanto, constituye importante pilar para el sostenimiento del sistema social socialista que se edifica, sustentado en la concepción armónica de la doctrina martiana y la teoría del marxismo leninismo en las actuales condiciones históricas sociales de la nación cubana.

Los métodos y técnicas utilizados para esta propuesta fueron: el análisis y síntesis, que permitió la interpretación de las diferentes concepciones sobre la ética y la bioética, así como la identificación de las insuficiencias y las necesidades en el tratamiento del tema; el análisis documental, que fue utilizado para el examen de los documentos normativos, actas de reuniones de departamento, colectivos de año, planes de clases sobre el tratamiento del tema y la observación científica, que se utilizó para diagnosticar el estado actual del desempeño de los profesores sobre la temática, ejecutada de manera directa y participante, además, se observaron clases a docentes, actividades metodológicas de preparación a nivel de departamento, a contenidos impartidos y la preparación de asignaturas en diferentes especialidades.

En la presente investigación se corroboran los criterios de algunos autores en cuanto a la importancia de la ética en todos los órdenes de la vida y el papel que juega en la formación de los futuros profesionales. El centro de atención de este trabajo, está en el sector educacional, como en sus diferentes niveles, propone la misión que le corresponde en la formación de las nuevas generaciones, como desde las aulas, se puede encaminar las posibles soluciones que la humanidad reclama en la creación de un mundo mejor.

Desarrollo

La personalidad del maestro constituye un centro de atención para los miembros de una sociedad, en tanto es la persona capacitada profesionalmente para contribuir a la formación integral de las actuales y futuras generaciones. El profesional de la educación se involucra directamente en la formación y preparación política ideológica a tono con los problemas actuales en consonancia con el nivel educacional. La actividad que desempeña, así como lo que trasmite debe corresponder a las exigencias de su ética profesional.

El hombre como sujeto social concreta la esencia de su personalidad en el contexto de las relaciones histórico social y manifiesta su vida espiritual e ideológica por medio de las diferentes dimensiones de la conciencia social: filosófica, política, científica, jurídica, artística, religiosa y moral, ésta última es el núcleo de la estructura de la ética. Popularmente los términos de ética y moral suelen relacionarse con costumbres, uso, modo de ser; en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), la ética se define como parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre. Precisa, además, que es el conjunto de normas morales que rigen la conducta humana.

Por otro lado, la misma fuente aclara que la moral significa perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia. También afirma que es la ciencia que trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia. Sin embargo, solamente en la concepción científica, la ética ocupa el indiscutible lugar de ciencia, en tanto la moral constituye su objeto de estudio.

La moral es un fenómeno de la vida espiritual e ideológica de la sociedad y del mundo interno del individuo, que estimula, moviliza y fundamenta su actitud y comportamiento. Por otro lado, en el discurso cotidiano que sostienen maestros y profesores, desde la interpretación involuntaria que sufre el significado de las palabras, se suele establecer como sinónimos la ética y la moral. Sin embargo, en la historia del pensamiento filosófico, que es la historia del conocimiento humano, existe una notable diferencia.

Al respecto, un colectivo de autores dirigido por Chacón (s.f.), opina que la ética es el saber filosófico que reflexiona y fundamenta la moral y realiza prescripciones normativas sobre el comportamiento humano. La moral es el conjunto de principios, normas, valores, costumbres y tradiciones sociales, que se expresan en la actitud, los sentimientos, la conducta y las cualidades de las personas en sus vidas cotidianas. En correspondencia con las valoraciones anteriores, la convivencia social de una sociedad determinada, cualquiera que sea, no podrá funcionar de forma adecuada sin la orientación de la conducta de sus miembros.

El comportamiento del individuo ha dado lugar a múltiples teorías, tratados, concepciones que abordan lo que se es y lo que se aspira a ser en materia de actuación individual y social. Se han establecido parámetros de conducta, códigos que han pretendido cuestionar su proceder, evaluar el desempeño de los individuos. La ética profesional es la rama de la Ética que estudia la moral de las profesiones y los oficios, también es considerada como la disciplina que revela las particularidades de la moral social en cada una de las profesiones.

Para Marí y González (1989), la moral profesional surge como reflejo de un proceso socio-histórico objetivo de la división social del trabajo y la diversificación de oficios y profesiones, sustentados por el avance de las fuerzas productivas en los diferentes regímenes sociales, es entendida como un conjunto de ideas, costumbres y normas que cumplen la función de regular las actitudes de los profesionales en el ejercicio de su labor, en el desempeño de su profesión.

Desde la antigüedad, el problema de la formación del hombre ha sido una interrogante, moviéndose en su relación esencial sobre lo ideal y lo material, o sea, sobre lo subjetivo y lo objetivo. Un ejemplo que evidencia lo anterior es la idea martiana que expresa la relación del hombre con el mundo y cómo lo creativo, la idea de transformación del medio, es parte de él. Martí resaltó que el deseo de crear le asalta tan luego como se desembaraza de las fieras; y de tal modo, que el hombre sólo ama verdaderamente, o ama preferentemente, lo que crea.

Los valores se manifiestan como expresión de las necesidades de los individuos y grupos humanos que se asientan en comunidades, forman familias, pertenecen a clases o sectores determinados en los que reflejan sus intereses, costumbres, sentimientos y aspiraciones. De esa manera es que cobran sentido y valor real. La educación en el mundo contemporáneo se enfrenta a dos tendencias que son el reflejo de lo que ocurre en él.

De un lado, la economicista, tecnocrática, de competencias, mercado del conocimiento, que incluso provoca que se escapen razones éticas y otra tendencia, que la enfrenta, es el humanismo, el logro de la equidad, de los valores. Esta última debe prevalecer sobre la anterior y es el llamado que desde la posición de educador se hace, teniendo en cuenta los elementos éticos de la profesión.

El indetenible progreso científico-técnico ha posibilitado que el poder del hombre sobre la naturaleza se incremente y cree una difícil situación en la interacción entre el hombre, la sociedad y la naturaleza. Es indiscutible que, con la utilización de los recursos naturales a través de medios tecnológicos cada vez más poderosos, la humanidad mejoró sus condiciones de desarrollo, pero el hombre violentó bruscamente esta interacción entre la sociedad, la naturaleza y creó un problema: el ecológico.

Este es uno de los problemas globales que afecta el mundo de hoy, conocido como crisis ecológica que se manifiesta a través de los siguientes factores, es evidente que el empeoramiento de la calidad del medio ambiente como resultado de la industrialización y urbanización desordenada, agotamiento de los recursos, crecimiento global de la población (sur), efectos negativos de la contaminación con residuales de la actividad productiva del hombre y desaparición de especies animales y vegetales.

Es por ello que consideramos que la crisis ecológica se ha convertido en problema global que afecta a un grupo considerable de países, casi a toda la humanidad, por otra parte, requiere de esfuerzos mancomunados de todas las naciones y por último, para darle respuesta y solución depende de la existencia del género humano; en la reunión sobre medio ambiente y desarrollo en Río de Janeiro, ocurrida en Brasil en 1992, se afirmó que la conciencia es el arma con que la humanidad puede salvarse. A partir de tal aseveración es por lo que la labor del profesional de educación se hace más urgente, en lograr acciones conscientes con sus estudiantes. A través de los programas y planes de estudio y directamente en sus clases puede formar conciencia de productores no de consumidores, conciencia económica basada en el ahorro de los recursos con que se dispone.

Desde la posición que se asume ante determinada problemática, se encuentran los primeros matices éticos de su solución, la manera de aceptar la problemática mundial, de interiorizar la prioridad de su solución desde todos los ámbitos, constituye la concientización en los diversos escenarios en los que hace alusión a la problemática mundial. En términos educacionales este fenómeno ético y bioético se entrelaza. La educación, como proceso social complejo en el que se produce la formación y desarrollo de la personalidad de los individuos, mediante la transmisión y apropiación de la herencia cultural, es un fenómeno históricamente condicionado (Blanco, 2002; 2004).

La bioética permite la creación de un espacio interdisciplinario entre el conocimiento científico y ético, entre el saber y los valores, para el debate de problemas de nuevo tipo para los cuales las teorías éticas precedentes resultaron insuficientes. La bioética implica, además, un replanteamiento del objeto de la ciencia que trasciende al descubrimiento de la realidad, para constituirse en un problema ético de las acciones humanas hacia la naturaleza y el futuro.

En los términos bioéticos dentro del plano educacional, se considera el redimensionamiento de la educación moral a partir de la inclusión en los procesos educativos de contenidos bioéticos, por lo que su implementación en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Según Cárdenas, (s/f.), entre otros autores, la educación bioética es el proceso educativo que incluye un sistema de actividades orientadas al desarrollo de la actividad valorativa moral, encaminado al debate de problemas de contenido bioético y que contribuye a la formación de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores morales que participan en la regulación de las relaciones del hombre consigo mismo, con la sociedad y con la naturaleza, en aquellas cuestiones relacionadas con la sustentabilidad de la vida.

La educación bioética debe contribuir a una educación que no solo enseñe a pensar, sino también a hacer y a ser. Se propone la implementación de cursos en los que se enseñe bioética, con la inserción dichos contenidos en el proceso de enseñanza aprendizaje, de manera tal, que se potencie el desarrollo de la actividad valorativa moral (Gamboa, 2019a, b) que ha estado relegada o separada del desarrollo de la actividad cognoscitiva, hasta cierto punto.

Esta posibilita la integración de los contenidos de diferentes materias, de ahí su carácter interdisciplinar y su relación con el medio ambiente. Adquiere, además, un enfoque ecológico en su vínculo con la naturaleza, valoraciones del ecosistema como parte de la sostenibilidad. El problema ecológico tiene sus causas esenciales en el deterioro del medio ambiente, la contaminación de la atmósfera, la destrucción de la flora y la fauna, la disminución y rápido agotamiento de recursos naturales como: el agua, el petróleo por su explotación indiscriminada y uso irracional, entre otras acciones que conducen al deterioro sostenido. El planeta se ha convertido en un vertedero de desperdicios, en ello está la mano del hombre.

Las consecuencias de estos fenómenos se manifiestan en hechos como contaminación de ríos y mares, destrucción de los bosques, cambios climáticos, decrecimiento de áreas agrícolas por la desertificación, efectos nocivos por la aplicación de fertilizantes que dañan la fauna y hasta la salud del hombre, se agotan los recursos pesqueros, una de las vías de alimentación en el planeta. En este razonamiento se inclina a afirmar que de todos los problemas globales el de la crisis ecológica es el esencial a la par de la crisis ética mundial, puesto que el entendimiento de entre las naciones, la cordura en la actuación de los países desarrollados sobre los subdesarrollados en cuanto a imposición de tecnologías, prácticas indebidas, violación de regulaciones, amenazas, que atentan contra el equilibrio del planeta, posibilitarían la solución del resto de los problemas como por ejemplo: la crisis alimentaria, pobreza, intercambio desigual, carrera armamentista, entre otros.

Este análisis conduce a ver la actividad humana como la causante de este deterioro y la destrucción paulatina del medio ambiente. Se retorna a la labor del profesor desde su quehacer cotidiano, para accionar el mantenimiento y cuidado del medio ambiente, el trabajo de formación de valores en edades tempranas y consolidarlo en las más avanzadas. En los contenidos de las asignaturas encontramos espacio para desarrollar una conciencia ética, intercambiar ideas sobre cómo lograr el éxito por la supervivencia del planeta. La labor del profesor permite revolucionar las esferas del saber, inducir al razonamiento lógico ante cualquier fenómeno, promocionar los valores que la humanidad agradecerá y utilizará en su provecho y bienestar. Utiliza sus conocimientos tanto en lo instructivo como en lo educativo para favorecer la preparación de las futuras generaciones, siempre y cuando esté comprometido con estas razones.

Figura 1

Descriptor de la labor profesional del maestro o profesor en la formación de una visión ética

Fuente: elaboración propia.

Se utilizan en esta investigación indistintamente los términos de maestro, profesor o docente en dependencia del nivel educacional en el que labore. Si se trata de un nivel en el que se prepara al estudiante para la formación de una profesión, se le brindan las herramientas necesarias para su vínculo en la vida laboral, que según la actividad que realice pueda ser protagonista del cuidado del medio ambiente y sobre todo la especie humana con independencia del puesto de trabajo que le corresponda asumir. Alternativas que están desde el ahorro de energía, de recursos, sustitución de importaciones, consumo de combustible, producción de alimentos, utilización de sustancias no contaminantes.

Se debe lograr comprender la importancia y la urgencia de la práctica de valores que permitan integrar a la humanidad, que la conduzca a un objetivo común salvar el planeta. Para la comprensión de los complejos fenómenos de la actualidad y el fortalecimiento de la conciencia son elementos claves la unidad entre ética, educación y cultura.

Estamos convocados a desplegar la enseñanza-aprendizaje de los siete saberes necesarios para la educación en el, hacen reflexionar sobre la realidad del mundo hoy y la premura con la el hombre debe actuar, son varios aspectos a lograr y que los estudiantes deben conocer, como: trabajar para la humanización de la humanidad, efectuar el doble pilotaje del planeta que obedece y guiar la vida, lograr la unidad planetaria en la diversidad, respetar en el otro tanto la diferencia, como la identidad consigo mismo, desarrollar la ética de la solidaridad, de la compresión y del género humano.

Se trata de globalizar la solidaridad ante el neoliberalismo como bien expresara Castro (2007), en sus intervenciones sobre el tema y cuestiones de gran vigencia para enfrentar los desafíos actuales. Marx, citado por Valdés (2007), afirmó que la globalización (internacionalización) es un proceso que se origina como el resultado del desarrollo de las fuerzas productivas. Para este autor, el valor-guía para el pensar y el actuar moral de nuestros días es la solidaridad y precisa que la solidaridad que abarca a los seres humanos que tienen limitadas sus posibilidades de acceso a los beneficios de la cultura y la técnica, a las sociedades humanas condenadas a un subdesarrollo que hace posible el desarrollo de los fuertes, entre otros aspectos.

Otros autores, además del citado refieren, la responsabilidad solidaria como la que nace de la buena voluntad y de la generosidad más sincera y sana. También enuncian una ética solidaria constituye un modo de vivir en plenitud, que responsablemente recorra el camino de la verdadera solidaridad y relacionan estas ideas al expresar un planteamiento ético que conciben la tierra como un espacio vital de todos los seres que comparten y disfrutan de sus bienes. Se trata en definitiva de que el profesional de la educación incorpore en su lenguaje cotidiano estos elementos que lo hacen cada vez más humano, e implican un pensamiento ético y solidario en correspondencia con los reclamos del mundo actual.

Conclusiones

La comprensión de manera concientizada de la problemática existente en el mundo actual por los profesionales de la educación condiciona los pasos de su posible solución, permitirá reducir el brusco impacto producido entre la naturaleza y el hombre.

En los diferentes niveles educacionales se brinda la posibilidad al profesional de intercambiar, dialogar con los estudiantes sobre estas temáticas y formar en ellos una conciencia ética, valores que se trasmitirán de generación en generación.

La crisis ecológica como uno de los problemas globales que azota a la humanidad encontrará su solución en la unidad de tres esenciales e imprescindibles componentes: la ética, la educación y la cultura divulgada en cada rincón del planeta, a través de la persuasión y perseverancia en las acciones a emprender.

Se destaca el papel protagónico del profesor dentro y fuera de los centros educacionales, para lo cual las exigencias en su preparación y actuación estarán a la altura de las demandas del milenio en materia de soluciones éticas a los problemas globales.

Referencias

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[1]Licenciada en Marxismo Leninismo e Historia, Máster en Educación. Mención Estudio-Trabajo, Doctora en Ciencias Pedagógicas, Profesora Titular, Universidad Jesús Montané Oropesa. Isla de la Juventud, Cuba. E-mail: oghernandez@uij.edu.cu ORCID: http://orcid.org/0000-0002-2498-4388

[2] Licenciada en Educación en Marxismo Leninismo e Historia, Profesora Asistente. Universidad Jesús Montané Oropesa. Isla de la Juventud, Cuba. E-mail: gretchen.ramil@nauta.cu ORCID: http://orcid.org/0000-0002-5312-9778